1- Sus variadas y exquisitas riquezas naturales: Cuba es un paraíso natural, esto es una verdad tan general como indiscutible.
Cuenta con numerosos y diversos espacios, muchos casi vírgenes, que deleitan tanto a visitantes nacionales como foráneos: conjuntos cavernosos con impresionantes grutas, valles, mogotes, playas y cayos constituyen en sí mismos razones de peso para visitar la Isla.
2- Las bondades de su clima: Si bien para algunos la humedad y las altas temperaturas pueden ser excesivas, la frase cubana eslogan por excelencia de que Cuba es un eterno verano atrae a más de uno que ligero de ropa, abanico o cartón en mano se deja atrapar por su cálida acogida.
3- Los contrastes y riqueza de su arquitectura: Aún dentro del deterioro, las fachadas desconchadas, los muros despintados, Cuba se muestra como un mosaico, ecléctico y caótico de varios estilos arquitectónico: casas coloniales, decoraciones e instituciones barrocas, exponentes del neoclásico, art decó, mudéjar, gótico y hasta el feísmo del funcionalismo y racionalismo ruso; todo convive en la gran isla caribeña.
4- El carisma de sus gentes: Estereotipos y chovinismos al margen, los cubanos son por lo general agradables con los desconocidos, buenos anfitriones y guías, simpáticos y extrovertidos. Conocer la isla de la mano de un cubano es la mejor manera de acercarse a sus raíces y su esencia.
5- La singularidad de su dinámica social: Cuba es un país complejo de vivir y mucho más complejo de explicar. Una sociedad como la cubana donde los servicios sociales (sanidad, educación, infraestructuras urbanas, transporte, medios de comunicación...) están en manos del gobierno, donde se reconoce la existencia de un único partido, donde se asiste a una estructura piramidal invertida que hace que un botero gane más que un profesor universitario o un camarero de un hotel más que un cirujano cardiovascular, donde existen dos monedas que dividen y caracterizan la sociedad, solo puede entenderse si se le conoce de primera mano.
6- Especialidades gastronómicas: Aunque Cuba asiste desde hace décadas a un deterioro y precariedad extendidos a casi todos los niveles, perviven algunos rasgos de la cocina, comida y mundo culinario cubanos que justifican el deseo por conocerla: frutas como el mamey, el mamoncillo o los mangos, platos como el tamal, el plátano frito, el lechón asado, el congrí o postres como el dulce de coco, la leche cortada, los cascos de guayaba son una presentación degustativa de la esencia y sabor de la isla.
7- La armónica simbiosis entre ciudad museo y ciudad innovación: No tomará demasiado tiempo al visitante percibir esta cualidad de las ciudades cubanas, donde ruedan coches clásicos, algunos con sus piezas originales, junto a bicicletas reparadas, adaptadas y hasta con motores de antiguas lavadoras rusas, donde en las casas pueden convivir un equipo de música de última generación con un calentador de ducha criollo o casero. Inventiva, reutilización y aprovechamiento al máximo.
8- Sus ricas y variadas ofertas culturales: No nos referimos a esos sitios de ocio o vitrinas construidas para los visitantes foráneos, no hablamos de las discotecas o clubes nocturnos, con sus exclusiones, sus personajes, sus tipos y prohibiciones para los lugareños, sino de las muchas opciones culturales que durante todo el año se suceden en Cuba: ciclos de cine no comercial (ruso, francés, independiente norteamericano, monográficos, latinoamericanos), festivales (danza, teatro...), exposiciones (pintura, arte, artesanía...), conciertos (música clásica, bailable, tradicional, rock, hip hop y otros muchos que configuran el mosaico sonoro cubano).
9- Tener una justa opinión de una realidad interesadamente estereotipada: Cuba, además de destino exótico o país estandarte de posturas ideológicas encontradas, es un país como cualquier otro con habitantes con sueños, metas, carencias, miedos y añoranzas. Por mucho que se intente brindar una imagen certera de la compleja realidad cubana, por mucho que los medios de comunicación (nacionales o foráneos) se enfoquen en unos u otros aspectos de su día a día, nada le hace más justicia a la complejidad social, problemas y rutinas de los cubanos que la inmersión en la Isla sin tamizaciones ni sesgos.
Adentrarse en sus calles, conocer sus barrios, escuchar los testimonios, imbuirse de los problema que afrontan sus ciudadanos es la mejor y única forma de conocer esa gran nación, mucho más que destino turístico de moda, vínculo y hogar de los cubanos todos.
(Imágenes tomadas de Internet)
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