Un prestigioso economista español que estuvo trabajando en Cuba en los años 90, relató su experiencia en la Isla, donde comprobó cómo el aparato informativo del régimen lograba mantener engañada a la población.
Ignacio Ruiz-Jarabo formó parte del equipo que el expresidente español Felipe González -por entonces gran amigo de Fidel Castro- envió a la Isla para ayudar al gobierno cubano a salir de la crisis.
Ruiz-Jarabo recordó que a las pocas horas de llegar a Cuba vio el noticiero que emitía la televisión y notó la diferencia entre las noticias sobre la realidad local -donde todo iba a las mil maravillas- y las del exterior, en las que solo se informaba de lo mal que iban las cosas en el mundo, incluida España, donde la crisis económica provocaba un 25% de ciudadanos sin empleo.
"Sin duda, esta televisión castrista pretendía que los cubanos agradecieran la fortuna de poder disfrutar de los logros de la Revolución cubana y estar eximidos de vivir en la salvaje jungla capitalista", afirmó.
Según detalló el experto en una crónica publicada en el diario digital español Vozpópuli, pese a que empezaba a notarse la desafección hacia el gobierno, el objetivo de la dictadura de mantener a la gente engañada se había logrado.
"No fueron pocos los que, de modo explícito, se compadecían de nosotros por nuestra malhadada suerte de tener que sufrir la crisis económica española, ellos que apenas llegaban a poder adquirir los alimentos imprescindibles para sobrevivir", detalló.
"Algunos llegaron a preguntarnos, en una aplicación mimética del antes reseñado 25%, cuál de nosotros cuatro era el que estaba en paro. Era evidente que el monopolio informativo del Gobierno cubano constituía un instrumento básico para que pudiera perdurar una dictadura tan férrea como la castrista, que generaba además una pobreza límite...", señaló.
Ruiz-Jarabo también pudo ver "el severo control policial" sobre la población.
En cuanto a la misión que lo llevó a La Habana, considera que fue un fracaso, porque el régimen jamás dio pasos hacia una reforma económica que diese autosuficiencia a la economía cubana.
El sistema fiscal y tributario que los especialistas españoles ayudaron a diseñar se convirtió en un modelo punitivo y un instrumento más para el control político, "y los cuadros directivos que formamos profesionalmente residen hoy en su casi totalidad en Miami o en Madrid", lamentó.
No obstante, desde el punto de vista humano, la estancia en la Isla de este economista fue "fascinante".
"Comprobar el cariño que se destila en Cuba hacia España, lo español y los españoles resultó más que gratificante. Las relaciones personales con los integrantes de la contraparte cubana de nuestra misión no pudieron ser más satisfactorias y emotivas. Y la gratitud que demostraron por nuestro esfuerzo, también", subrayó.
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