La realizadora cubana Gloria Rolando acaba de estrenar el documental Diálogo con mi abuela, donde utiliza los códigos de este género para abrirse a la comunicación con su abuela, una mujer nacida a principios del siglo XX que disfrutaba conversar.
Inocencia Leonarda Armas y Abreu era el nombre de esta señora, a quien Rolando escogió como tema y protagonista de Diálogo con mi abuela, que tuvo su estreno mundial el 25 de mayo, día de África, en el cine Chaplin.
Según informa la periodista Hilda Rosa Guerra Márquez, en el sitio web oficial del ICAIC, “el filme tuvo su origen en una grabación que hiciera la realizadora de una conversación entre ella y su abuela en el año 1993. A partir de tal plática, el filme transita por la vida de Inocencia, revela su carácter, personalidad y relación con la familia. La narración en off de la directora, las fotos familiares, un recorrido por la ciudad de Santa Clara –de dónde era la abuela- y las actuaciones del Grupo Vocal Baobab apoyan la conversación”.
El testimonio de la protagonista permite a Gloria Rolando abordar temas como la racialidad y la situación actual de la mujer cubana, analizados en el marco de la historia de Cuba. También la realizadora se propuso denunciar “la imagen denigrante de las negras cubanas que ofrece la industria del turismo. Tenemos que romper con esos estereotipos, porque estamos mostrando al mundo una imagen distorsionada y vulgar”, apuntó.
Gloria Rolando tiene una considerable obra audiovisual relacionada con las raíces africanas y caribeñas de la cultura cubana. También ha abordado importantes acontecimientos de la historia nacional como es el caso de la masacre de los Independientes de Color. En 2014, Rolando estrenó Reembarque, el cual se concentra en el proceso de repatriación de los migrantes haitianos quienes fueron traídos como mano de obra barata para trabajar en la industria azucarera.
En varias notas para la sinopsis y divulgación a la prensa, escritas por la propia Gloria Rolando: “Diálogo con mi abuela es un audiovisual donde mezclo el documental y algunos momentos de ficción. Un diálogo entre la realidad y la imaginación en el que participa la poesía de la vida cotidiana. (…) Una foto de los años 20 donde aparecen Inocencia (en el póster a la izquierda) y su primera hija (Olga América Casamayor Armas, mi madre) es la imagen de la evocación espiritual que viene representada a través de las voces del Grupo Vocal Baobab. La música, al igual que en otras obras realizadas por mí, forma parte del relato”.
“También están, como parte de ese diálogo, mis preguntas y comentarios. Fue algo espontáneo, en la casa, con una grabadora de cassette, pequeña. Y esta conversación está acompañada de fotos familiares, unas mejores que otras, a color o en blanco y negro. Pero la voz de mi abuela Inocencia representa la de muchas mujeres negras cubanas y creo que más allá de las referencias a la historia familiar, Diálogo con mi abuela puede ayudar a que el espectador imagine algunos rasgos de la vida social de la ciudad de Santa Clara , lugar de nacimiento de Inocencia”.
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