El reconocido pintor cubano Gólgota (Agustín Calviño) se sumó a la ola de críticas contra el decreto 349 con un mensaje en el que cuestiona el control gubernamental sobre el arte no institucionalizado.
En el texto publicado en su página oficial de Facebook el artista de la plástica señala: (…) “el decreto 349 no es para las instituciones es para regular un arte que esta fuera del control de las instituciones, o sea de los que dirigen y dictan desde las instituciones que, muchas veces no van detrás de los criterios enarbolados como criterios de la Revolución, sino que son criterios particulares basados en lucros y beneficios personales”.
Graduado de la Academia de Bellas Artes San Alejandro, Gólgota pone en tela de juicio las declaraciones de los funcionarios del Ministerio de Cultura sobre la validez de este decreto que regulará especialmente el arte realizado lejos de las instituciones.
“La jerarquización es el camino que plantea el Ministerio de Cultura y apoya la UNEAC. Una acción que se llevará a partir de un cuerpo de inspectores que recorrerán las exhibiciones y demostraciones artísticas solo, y esto es textual, “en los lugares, estatales o no, no institucionales de la cultura”.
“O sea — dice el pintor— que los medios que promueven los videos donde la mujer es un objeto sexual o de simple adorno varonil, continuarán; las piezas musicales donde el lenguaje retador y grotesco de una cubanía llena de machismo y prepotencia barriotera, continuarán; los espectáculos de paupérrima imaginación donde los niños bailan reggaetones y músicas inadecuadas de adultos de no muy alta estofa, continuarán; o los altísimos volúmenes en parques y plazas de los equipos de audio de las actividades institucionales, continuarán” indicó
Agrego más adelante que “las galerías seguirán exhibiendo repeticiones de las repeticiones de los conceptos de los años 80 – 90 donde se puso de moda el arte contestatario a un sistema que prestó poca atención al fenómeno porque – “los artistas contestatarios no son un gran problema, se les acusa de asalariados del imperio y ya está”.
Con una obra reconocida nacional e internacionalmente, Gólgota afirmó que este decreto fomentará la corrupción desde la institucionalidad.
“El decreto no solo está legitimando criterios personales e “institucionales” sino que articula un equipo de inspectores para hacerlos cumplir. Inspectores que pronto se convertirán en nuevos corruptos en función de sus propios intereses personales. ¿Quién puede decir que es bueno y que no lo es en el terreno del arte, más que el tiempo y el pueblo? El tango fue vulgar y chabacano en su momento… ¡el vals fue chabacano y vulgar! “
Nacido en San Juan de los Remedios, Villa Clara, en 1970, el pintor manifestó que el objetivo es controlar el arte porque “pareciera que se está portando demasiado mal”.
“Pareciera que el arte cubano se está portando demasiado mal y hay que volverlo al redil de 1965. Pareciera que el arte cubano actual creado por personas formadas en la revolución no fuera un arte revolucionario que exige su espacio con la fuerza que el arte tiene y debe para imponerse, y se requiere de este instrumento donde se amenaza con sanciones de hasta cárcel. ¿Es el terror que asume impotente la incomprensión del arte actual, o la impotencia de no poder hacer otra cosa porque no se les ocurre más que la fuerza?”
El decreto 349 ha sido abiertamente criticado por numerosos artistas y varios de estos creadores han impulsado protestas pacíficas para tratar de que se derogue ese documento de ley, previsto para que entrara en vigor el pasado viernes.
En recientes declaraciones funcionarios del Ministerio de Cultura aseguraron que preparan una normativa al decreto con el propósito de responder "a las preocupaciones de los creadores y los artistas".
Este proyecto de ley ha sido cuestionado por reconocidas figuras como los músicos Silvio Rodríguez, Roberto Carcassés. X Alfonso, y el cineasta Fernando Pérez, entre otras.
Gólgota siempre ha mostrado interés en reflejar en su creación las preocupaciones del ser humano, su contexto y sus conflictos sociales. Su obra está incluida en colecciones en países como Alemania, Estados Unidos, Francia, Canadá, España, Suiza, Austria Chipre, Inglaterra y Noruega.
A continuación copiamos íntegramente su publicación en Facebook:
No entendí la Mesa Redonda del vienes.
El pasado viernes ocurrió la difusión de la legitimización del decreto 349. La Mesa Redonda ha explicado la necesidad y utilidad del decreto por la proliferación de la banalidad y la chabacanería. La jerarquización es el camino que plantea el Ministerio de Cultura y apoya la UNEAC. Una acción que se llevará a partir de un cuerpo de inspectores que recorrerán las exhibiciones y demostraciones artísticas solo, y esto es textual, “en los lugares, estatales o no, no institucionales de la cultura”. O sea, que los medios que promueven los videos donde la mujer es un objeto sexual o de simple adorno varonil, continuarán; las piezas musicales donde el lenguaje retador y grotesco de una cubanía llena de machismo y prepotencia barriotera, continuarán; los espectáculos de paupérrima imaginación donde los niños bailan reggaetones y músicas inadecuadas de adultos de no muy alta estofa, continuarán; o los altísimos volúmenes en parques y plazas de los equipos de audio de las actividades institucionales, continuarán. Las galerías seguirán exhibiendo repeticiones de las repeticiones de los conceptos de los años 80 – 90 donde se puso de moda el arte contestatario a un sistema que prestó poca atención al fenómeno porque – “los artistas contestatarios no son un gran problema, se les acusa de asalariados del imperio y ya está”.
Ahora, el verdadero arte, el que sigue en los talleres alternativos y en las galerías privadas, o que no son del sistema nacional de cultura, que persiguen si el arte de excelencia, el arte que compite en el mundo real, el que llega a todos por su sensibilidad y certera factura, sin formar parte de los circuitos institucionales u oficialistas, ese arte es el que será revisado, cuestionado y sancionado.
Pero eso seguirá así porque el decreto 349 no es para las instituciones es para regular un arte que esta fuera del control de las instituciones, o sea de los que dirigen y dictan desde las instituciones que, muchas veces no van detrás de los criterios enarbolados ayer en la Mesa Redonda como criterios de la Revolución, sino que son criterios particulares basados en lucros y beneficios personales.
El decreto no solo está legitimando esos criterios personales e “institucionales” sino que articula un equipo de inspectores para hacerlos cumplir. Inspectores que pronto se convertirán en nuevos corruptos en función de sus propios intereses personales. ¿Quién puede decir que es bueno y que no lo es en el terreno del arte, más que el tiempo y el pueblo? El tango fue vulgar y chabacano en su momento… ¡el vals fue chabacano y vulgar!
Fernando Echeverría dijo, de forma muy atinada: “Cuba es una paleta polícroma increíble”. Y desde siempre ha sido así el arte cubano, tan tremendo en el pasado, jamás fue regido desde ningún lugar que no fuera la propia gente. ¿Quién escogió al Beni, a Consuelito, al Bola? ¿Qué institución escogió a Mariano Rodríguez a Víctor Manuel, a Amelia? ¿Quién prohibió aquel desagravio que la FEU de José Antonio Echeverría y Fructuoso Rodríguez hicieran al ballet Alicia Alonso en el estadio universitario? ¿Quién el salón de 1954, cuando los artistas decidieron estar en contra de las instituciones estatales que apoyaban el Salón que Franco trajo a Cuba?
El decreto es un instrumento que no solo defiende a las instituciones culturales sino que es un instrumento legal para convertir en ley el criterio de quienes dirigen las instituciones y profitan de ellas.
Dijo Alpidio Alonso “la política cultural de la revolución se tiene que cumplir al seno de las instituciones, pero es algo que tiene que cumplirse más allá de las instituciones, y para eso es el decreto para hacer que se cumpla esa política”. Recuerdo las palabras de Fidel “con la revolución todo sin la revolución nada”. Pareciera que el arte cubano se está portando demasiado mal y hay que volverlo al redil de 1965. Pareciera que el arte cubano actual creado por personas formadas en la revolución no fuera un arte revolucionario que exige su espacio con la fuerza que el arte tiene y debe para imponerse, y se requiere de este instrumento donde se amenaza con sanciones de hasta cárcel. ¿Es el terror que asume impotente la incomprensión del arte actual, o la impotencia de no poder hacer otra cosa porque no se les ocurre más que la fuerza? Recuerdo a Fidel, convincente, discutidor, cuando dijo: “A mi podrán convencerme pero jamás podrán vencerme”. Cuanto se parece el arte actual a ese Fidel.
Por último en la conversación de la Mesa Redonda pareció como si el decreto hubiera sido discutido con los asociados de la UNEAC, con los artistas, pero no fue así, si no porque Silvio Rodríguez dijo que se estaba firmando algo sin saber que no fue consultado; si se discutió, se hizo solo con las directivos, por eso es que hay una repercusión activa y cuestionadora de la intelectualidad. En la pasada reunión con los asociados de la subsección de Pintura de la Asociación de Artes Plásticas, pregunte: ¿Y cuándo se hará la reunión para discutir estos temas antes del congreso próximo? La respuesta fue y sito textual: “NO, no habrá ninguna reunión para eso antes del congreso, este NO será un congreso abierto, la UNEAC NO es un sindicato”.
Todo el que me conoce sabe que me asiste una integridad que no me permitiría decir algo que no pueda demostrar. Recuerdo una estrofa poco conocida de nuestro himno nacional que reza: Cuba libre podremos gritar/ del cañón al terrible estampido/ del clarín escuchad el sonido/ a las almas valientes corred.
Gólgota. 9 de diciembre 2018.
PD: ayer sábado 8 de diciembre, ya bajo la regencia del decreto 349 en el parqueo de Coppelia, durante todo el día, estuvo un audio a volúmenes exagerados y molestos. Yo vivo en la manzana de atrás, por la calle 25. Pero eso no atañe al decreto porque era una actividad institucional.
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