En un sorpresivo giro político, Nikki Haley abandonó la contienda por la nominación presidencial del Partido Republicano, cediendo el campo completamente al expresidente Donald Trump.
Haley, enfrentó una aplastante serie de derrotas en las recientes primarias, pero no superó la de el supermartes y ha optado por suspender su campaña sin pronunciar un respaldo directo a Trump.
Durante una conferencia de prensa en Charleston, Carolina del Sur, la republicana manifestó que es hora de que Trump se gane el apoyo de aquellos que se han mantenido reticentes tanto dentro del partido como en el electorado general.
La exgobernadora de Carolina del Sur hizo hincapié en que el movimiento conservador requiere urgentemente unificar fuerzas y atraer a más seguidores a su causa.
Si bien Trump celebró triunfos en la mayoría de los estados durante el supermartes, la victoria de Haley en Vermont resaltó la división de votos dentro del partido. Sin embargo, su derrota en su propio estado natal marcó un revés significativo para sus aspiraciones políticas.
La retirada de la exembajadora de la ONU ante la contienda presidencial republicana no solo deja a Trump como el virtual nominado a la espera de la convención del partido, sino que también incrementa la probabilidad de un enfrentamiento repetido entre Trump y el presidente Joe Biden, en las elecciones del 5 de noviembre.
En una muestra de estrategia política, Biden extendió una invitación a los votantes de Haley para unirse a su campaña, enfatizando la importancia crítica de la próxima elección para el futuro de Estados Unidos.
Dijo que hay puntos en común entre demócratas y republicanos, centrándose en la preservación de la democracia americana y la defensa contra adversarios extranjeros.
Criticó la conducta de Trump y le atribuyó un liderazgo caótico y una tendencia a desestimar a aquellos que lo desafían dentro de su partido.
La exaspirante republicana de origen indio, aun al retirarse de la carrera, prometió continuar elevando su voz por las causas en las que cree profundamente.
Otro de los aspirantes republicanos en esta campaña por la presidencia de Estados Unidos, era el gobernador de Florida, Ron DeSantis. Se retiró en enero de las primarias, aunque es importante destacar que el político de 45 años sí dijo que apoyará la candidatura de Donald Trump.
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