Pocas cosas hay más puras y auténticas que la sonrisa de un niño. Pocas imágenes son más elocuentes de lo que significa la felicidad plena que las de unos niños jugando, corriendo o haciendo travesuras. Esta pequeña selección de niños cubanos jugando en las calles, montando patinetes, correteando, es una de tantas evidencias de la alegría y candidez de los niños, contagiosa e incorruptible.