Fundado en el período de la República, el colegio de La Salle del Vedado, ubicado en la Calle 13, entre B y C, el cual fue un día uno de los mayores centros de enseñanza privados de La Habana, hoy se encuentra completamente en ruinas, a punto de desplomarse.
Incluso esas ruinas dejan ver la belleza arquitectónica del lugar, que hoy es sede del Instituto Politécnico de Transporte José Ramón Rodríguez.
Por las malas condiciones de la edificación, sólo se utilizan hoy en día la planta baja y el primer piso. El resto del lugar es un ejemplo del abandono, el deterioro, la dejadez. Al colegio de La Salle le ha sucedido como a tantos lugares emblemáticos en Cuba: como estuvo alguna vez el Teatro Martí o cómo se encuentra el antiguo restaurante Moscú.
Hoy La Salle es una edificación con filtraciones, columnas a punto de colapsar, derrumbes parciales. Y a nadie, por el momento, parece interesarle.
La Salle se construyó en 1910, y fue confiscado a los Hermanos de La Salle en 1961.
A causa de la situación política del país, los Hermanos de La Salle -unos 110 personas, 84 cubanos y el resto franceses- se vieron obligados casi todos a abandonar la Isla por las prohibiciones del gobierno a la Iglesia Católica.
A partir de 1905 comenzaron a florecer en la capital cubana las fundaciones de colegios de La Salle, por miembros de la orden fundada por Juan Bautista de La Salle en Francia a fines del siglo XVII.
Llegó a haber un total de 12 escuelas en todo el país, además de la Universidad Social Católica San Juan Bautista, en La Habana.
Esta instalación del Vedado que hoy está en ruinas, fue de las primeras en ofrecer educación gratuita, y se llegó a impartir clases hasta a 200 alumnos.
Lamentablemente, hoy el edificio es una sombra de lo que era hace años. Quienes allí estudiaron no pueden hacer más que lamentar el descuido de las autoridades cubanas, al dejar desmoronarse algo que es testigo de la historia de una ciudad como La Habana.
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