El gobierno de Cuba anunció este sábado su intención de declarar Patrimonio Documental de la Nación todos los textos que muestren las medidas adoptadas para combatir la epidemia del coronavirus en el país.
Según informó Marta Marina Ferriol Marchena, directora general del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), dicho organismo diseñará un plan de acciones destinadas a conservar la memoria histórica de las decisiones tomadas en los últimos meses por el grupo de trabajo creado para la prevención y el control del virus.
En opinión de la dirigente, aunque Cuba tiene mucha experiencia en el enfrentamiento a desastres naturales y a otras epidemias como las del dengue o el zika, el coronavirus ha sobrepasado a todas las demás, al convertirse rápidamente en una pandemia que ha afectado a casi todos los países del mundo.
Por ello, la manera en que cada país responde a la crisis debe ser parte de los libros de historia, para lo cual hay que registrar todas las indicaciones y métodos adoptados, que servirán a las futuras generaciones a comprender el alcance de la pandemia y su impacto en las sociedades, dijo Ferriol Marchena a la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Esta tarea es responsabilidad del CITMA, por ser el órgano rector estatal del Sistema Nacional de Archivos, que está incluido en el Programa para la Preservación de la Memoria Histórica.
Cuba fue uno de los países que más tardíamente reaccionó ante la llegada del coronavirus. A mediados de marzo pasado, cuando varias naciones de la región ya habían cerrado sus fronteras a la llegada de vuelos de determinados orígenes, las autoridades del sector turístico continuaban promoviendo la isla como un destino seguro frente a la enfermedad.
Pese a la crisis epidemiológica que se vivía en el mundo, la directora general de mercadotecnia del Ministerio de Turismo, Bárbara Cruz, presumía ante los medios de la fortaleza del sistema sanitario cubano y llegó a asegurar que los turistas que vinieran a la isla serían bien recibidos, un comentario que suscitó críticas y rechazo en las redes sociales.
“Cuba tiene un sistema de salud fuerte y trabajadores preparados, no solo los del turismo, también los cuentapropistas. Por tanto, los clientes que decidan por su propia voluntad venir a Cuba, son recibidos”, afirmó.
Solo por el incontenible avance de la epidemia en el territorio, el régimen no tuvo más opción que cerrar sus fronteras y comenzar a enviar poco a poco a los cientos de visitantes de vuelta a sus países. No obstante, aún quedan numerosos turistas alojados en casas de renta privadas.
Otra disposición tardía fue la suspensión de las clases en todos los niveles de enseñanza del país, que finalmente se adoptó tras un reclamo permanente de los padres cubanos, preocupados por el posible contagio de sus hijos en las escuelas.
El pasado 20 de marzo el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, llegó a decir que los colegios no se clausuraban porque los estudiantes estaban más seguros dentro de ellos, que el Ministerio de Educación no estaba cruzado de brazos y que la suspensión de las clases solo ponía en riesgo el curso escolar y la salud de los más de un millón de alumnos que “no estarán en sus casas, sino en las calles”.
Finalmente, ante el aumento de los casos de coronavirus y las protestas de los padres en las redes sociales, apoyados por varios artistas, se suspendieron las clases presenciales a nivel nacional y se implantó la enseñanza por televisión.
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