Miguel Ojeda Díaz es uno de los intérpretes de tradición hispánica más significativo de nuestro folcklor campesino. Nació el 29 de septiembre de 1921 en la ciudad de Cárdenas en la provincia de Matanzas. Sus padres fueron Víctor Manuel Ojeda y María Díaz. En la Escuela Pública no. 15 de su ciudad natal estudió hasta el octavo grado. Su primer laúd lo obtuvo en 1935 de manos de su padre el cual aún se conserva en el Museo Histórico de Cárdenas y con él organizó en 1938, su primera agrupación que amenizó bailes campesinos en toda la región.
Posteriormente, formó el grupo El Melódico 40 el que alternaba con las orquestas habaneras que visitaban con frecuencia la ciudad de Cárdenas. En un baile en el Liceo de Cárdenas, conoció al cantante Joseíto Fernández quien quedó impresionado por su peculiar estilo. En 1941, se presentó interpretando el pasodoble “Currito de la cruz” en el programa la Corte Suprema del Arte de la CMQ donde logró un triunfo rotundo, esto motivó que fuera contratado para actuar en distintos programas de radio, entre ellos, el Rincón Criollo.
Por esos años conoció al guitarrista y compositor Eduardo Saborit con el que integró el trío acompañante del notable Ramón Veloz; compartió honores con los cantantes de la talla de Zoila Gómez, y los repentistas Justo Vega y Nena Cruz, conocida como La Calandria, entre otros. En el programa el Guateque de Apolonio, alternó con artistas de renombre como los vocalistas mexicanos Pedro Vargas y el trío de guitarras y voces Los Pancho. Grabó discos con los más célebres intérpretes de la música campesina como los casos de Miguel Ángel Pozo, conocido por Clavelito, Chanito Isidrón y realizó un maravilloso LD llamado Miguel Ojeda y sus guitarras antillanas, de gran éxito discográfico.
Desde la década del 50, con el surgimiento de la televisión, es artista exclusivo en los programas más estelares de ese medio y a su vez, actuó en la radio, el teatro y el cabaret con su conjunto de guitarra donde acompañó al dúo de Celina y Reutilio, a Radeúnda Lima, Coralia Fernández y al excelente repentista Adolfo Alfonso.
A partir de los años 60, participó con su conjunto en el popular programa de televisión Palmas y Cañas, y actuó en los show de los cabarets Tropicana, Cabaret Caribe, El Salón Rojo del Hotel Capri, y en El Parisién del lujoso Hotel Nacional.
Durante el Congreso de Arquitectos, efectuado en la ciudad de La Habana a mediados de la década del 60, dirigió una agrupación espectacular de 100 guitarras en la Catedral de La Habana.
Como compositor, Miguel Ojeda cuenta con 102 hermosas obras de perfecta factura en su realización entre boleros, sones, guarachas, congas, guajiras, entre ellas algunas muy populares como las nombradas “Oye mi lelolei”, “Aprendí mi tumbao”, “Palmas y cañas”, “Campesino laborioso”, “La campiña es la luz”, “En mi alegre ranchito”, “Tengo una choza”, “Pió mentiroso”, y “Cubano mambí” —con texto de Jesús Orta Ruiz, El Indio Naborí—, todas grabadas en discos por el conjunto Palmas y Cañas, Barbarito Diez, Ramón Veloz, Trío La Rosa, Luisa María Hernández conocida como La India de Oriente, Ana María Chomat, Celina González y Lázaro Rodríguez, Pío Leyva, Adolfo Alfonso, entre muchos otros.
Viajó por varios países como EE.UU., Venezuela, Alemania, Polonia, Bulgaria, Vietnam, Corea, Canadá, México, Perú, Panamá, Jamaica, España y África, entre otras naciones.
Como músico e intérprete del laúd se caracteriza por su fino estilo y bello sonido. No es uno de esos ejecutantes virtuosos que impresiona por ser un efectista del instrumento, sino por sus sólidos y profundos conocimientos de la técnica del laúd y de la música campesina. Su virtuosismo consiste en la complejidad de los diseños melódicos, armónicos y rítmicos de las improvisaciones, basado en un hondo conocimiento del instrumento y del folclor rural cubano.
Miguel Ojeda en sus 52 años de fructífera vida artística ha recibido distintas distinciones como la orden por la Cultura Nacional, Antero Regalado, la Marcos Martí y las medallas Raúl Gómez García y De la Amistad, otorgada esta última por Ho Chi Min en 1962, Medalla de plata en los Juegos Bolivarianos, Panamá, Medalla de la Cultura Checoslovaca, Diploma Visitante Distinguido, Veracruz, Medalla Aniversario 80 de la Radio Cubana, que simbolizan sobre todo el reconocimiento y admiración del pueblo cubano.
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