60
- 2 libras de tomates pelados (puede ser con semillas, o no, según su gusto)
- 300 gramos de azúcar
- 50 mililitros de jugo de limón
Corte el tomate en dados pequeños y mézclelo con el azúcar. Déjelo reposar por un rato hasta que el azúcar comience a diluirse en el jugo que desprende el tomate. Páselo a una cazuela y póngala a fuego medio durante unos 15 minutos. Debe remover frecuentemente para evitar que se pegue al fondo. Utilice una olla que sea profunda y cómoda para trabajar, porque como toda mermelada, es muy probable que salpique. Si se forma espuma retírela con una espumadera. Cuando comience a espesarse, baje el fuego y deje cocer unos 15 minutos más aproximadamente. No espere a que seque demasiado, porque al enfriarse ocurre como con otros postres, que se endurece. Cuando esté lista la mermelada, recuerde guardarla en un pote de vidrio esterilizado, para una correcta conservación. Manténgala en la nevera, tapada y no demore mucho en consumirla, ya que esta receta no tiene conservantes.