- 500 g de mango (4 mangos)
- 250 g de azúcar (1 taza)
- ½ limón
- 100 ml de agua
Pele y corte el mango en lascas o dados. Para esta receta se utiliza la mitad de cantidad de azúcar que, de fruta, es decir su usted tiene 1 libra de pulpa de mango, utilice media libra de azúcar para la mermelada.
Lave y exprima el limón. El uso de limón en la receta no es imprescindible, pero aporta un toque de acidez y permite una mejor textura de la mermelada, notará que se cuaja más rápido y toma un color cristalino.
Coloque en la cazuela el mango troceado, el azúcar y el zumo de un limón. Removemos un poco la mezcla y la ponemos a cocer a fuego medio durante unos 20 minutos.
Algunas personas baten y cuelan el mango con el azúcar antes de la cocción. Aquí le indicamos que puede ser de dos maneras. Elija la de su preferencia.
El mango suelta abundante líquido por eso en esta receta se debe incorporar poca agua. Si añade mucha agua deberá extender la cocción hasta lograr que espese.
Hay que remover la mezcla de vez en cuando para evitar que se pegue en el fondo. Transcurridos 20 minutos, el mango estará muy suave, apague el fuego deje refrescar.
Muchas personas disfrutan del dulce de mango sin batir, pero para conseguir una mermelada de textura homogénea lo mejor es pasarla por la batidora y luego colarla para retirar los pelos del mango que pueden resultar molestos.
Al batir y colar la mermelada debe decidir si desea dejarla en ese punto o si la quiere más densa. En caso de quererla más espesa vuelva a llevarla a fuego lento, sin dejar de remover, hasta que adquiera la consistencia de su agrado.
Las abuelas cubanas suelen decir que cuando la mermelada brilla indica que está en su punto ideal. Otro truco para identificar el punto ideal es pasar la cuchara y cuando no corre con facilidad indica que está cuajada y es suficiente el fuego porque al enfriar se esperará aún más.
Por último, le proponemos que para una mejor conservación lave y esterilice (hervir totalmente cubiertos de agua) un par de pomos de cristal con tapas, y guarde en ellos la mermelada.
Almacénela preferentemente en el refrigerador. Si el pote de vidrio está herméticamente cerrado puede conservarse hasta 6 meses, aunque con lo sabrosa que es seguro se acaba mucho antes.
¡Buen apetito!