En casi todos los lugares del mundo, los hoteles son lugares de paso, el sitio donde el viajero deja sus pertenencias para emprender verdaderamente sus vacaciones. Rara vez, alguien gasta su tiempo libre dentro de las paredes y la piscina de un hotel.
No obstante, en Cuba los hoteles se han convertido en el destino de algunas personas, aquellas que tienen el dinero para pagar la oferta “Todo incluido” y que luego llegan a sus barrios con fotos, anécdotas, y la barriga bastante llena.
Por tanto, sería bueno preguntarse cuáles son los motivos por los que los cubanos van a los hoteles en Cuba.
1- Para comer carne de res
Como la venta de este producto en las tiendas es extremadamente cara, y fuera de las instituciones estatales la compra de res es ilícita, los cubanos aprovechan sus vacaciones en los hoteles para comer este tipo de carne.
2- Para cargar con los jabones, gorros, shampoos y gel de baño
Los únicos que llevan a sus casas los pequeños frascos de shampoo y gel de baño, además de los gorros y jabones que ofrecen los servicios en los hoteles son los cubanos. El último día, no se puede quedar nada en el hotel, ¡hay que aprovechar al máximo!
3- Para tener agua caliente en la ducha las 24 horas del día
Como en casi todos los hogares cubanos ha escaseado o escasea alguna vez el agua, muchos disfrutan del abundante chorro en las duchas de estas instalaciones. Probablemente luego de los días en el hotel, tengan que bañarse a cubo.
4- Porque estuvieron muchos años sin poder entrar a uno
Los cubanos pasaron años sin poder acercarse a los hoteles del país, que se restringían al uso exclusivo de extranjeros. Fue en el año 2008 cuando el Gobierno de la Isla autorizó el hospedaje de nacionales. Quizás tantos años viendo a los hoteles como monumentos inalcanzables hayan repercutido en el interés de los cubanos en elegirlos como opción para vacacionar.
5-Porque no hay muchas opciones para escoger
Realmente, no son muchas las opciones -ni el dinero- que los cubanos tienen para irse se vacaciones. Un viaje fuera de la Isla, incluiría permisos de salida y altos costos, así que, por el momento, algunos cubanos seguirán luciendo su manilla de huésped en hoteles de la Isla.
6- A especular
Luego de los días en el hotel, el cubano sale por su barrio a enseñar las fotos en la piscina, a contar todo lo que bebió y comió por equis cantidad de dinero, a enseñar la manilla de huésped que aún no se ha quitado, y a comenzar a reunir para su próxima visita a otro hotel en Cuba.
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