4 cementerios cubanos que no son sólo para descansar en paz

En Cuba entre algunos de los paseos más interesantes que puedes experimentar, incluso siendo niño, está la visita a un cementerio.

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Tumba de Conill con escultura de angel y leon Foto © Cibercuba

Este artículo es de hace 6 años

En Cuba entre algunos de los paseos más interesantes que puedes experimentar, incluso siendo niño, está la visita a un cementerio. No estamos hablando de cualquier cementerio, sino de algunos cuyo recorrido es toda una aventura que permite disfrutar del arte y la belleza que exhiben.

Existen varios camposantos así en la Mayor de las Antillas. Recintos funerarios que no fueron hechos solo para descansar en paz después del último suspiro, sino también para que los vivos disfruten de la magnífica arquitectura que los adornan. Hay cuatro de ellos que constituyen verdaderas joyas llenas de tesoros artísticos únicos.

Necrópolis Cristóbal Colón en La Habana

Fue declarada Monumento Nacional. No solo es el más grande e importante de los cementerios cubanos, también constituye uno de los de mayor valor cultural de toda América y, de acuerdo con varios expertos, es el segundo camposanto más relevante del mundo por la profusión de maravillosas edificaciones funerarias y esculturas que posee. Es superado únicamente por el Slaglieno ubicado en la ciudad de Génova en Italia.

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Muchos panteones resultan imitaciones a escala de las mansiones coloniales de sus antiguos propietarios originales. Abunda en ellos el mármol de carrara, pizarra y granito. Uno de los monumentos más atrayentes y hermosos es el colosal complejo escultórico que se eleva a diez metros de altura, realizado en homenaje a un grupo de bomberos que fallecieron de forma trágica cumpliendo con su deber en 1890.

Muchas ilustres personalidades descansan aquí, entre ellas: El campeón mundial de ajedrez, José Raúl Capablanca; el escritor, Alejo Carpentier, ganador del Premio Cervantes, el destacado cineasta Tomás Gutiérrez Alea; el poeta Eliseo Diego, el escritor José Lezama Lima; la también ganadora del premio Cervantes de literatura, Dulce María Loynaz, el gran músico Chano Pozo, y muchos otros.

Necrópolis de Santa Ifigenia en Santiago de Cuba

Igualmente declarada Monumento Nacional. Es la segunda en importancia en el país después de la necrópolis de Colón en La Habana y el principal cementerio de la región oriental.

Fue el tercero de los camposantos creados en Cuba. Su nombre se corresponde con el de una virgen etíope y atesora obras de enorme valor arquitectónico, cultural e histórico esculpidas en mármol o creadas en granito.

Mausoleo de José Martí en el cementerio de Santa Ifigenia. Foto: Radio Reloj.

Su elemento de mayor significación es mausoleo dedicado al Apóstol José Martí y Pérez, Héroe Nacional de Cuba, cuya parte superior es hexagonal y en cada arista hay una cariátide que simboliza a las 6 antiguas provincias de Cuba. En su parte frontal se extiende una calle peatonal del mármol, que comunica con el exterior. También posee pensamientos expresados por Martí en cada uno de los diferentes campamentos en los cuales estuvo durante la guerra.

Fueron enterrados aquí el general José Maceo; Carlos Manuel de Céspedes, El Padre de la Patria; Mariana Grajales, madre de los Maceo, el joven luchador revolucionario Frank País; Francisco Repilado (el músico Compay Segundo) y más recientemente, en 2016, la cenizas del exgobernante cubano Fidel Castro Ruz.

Antiguo Cementerio de Reina en Cienfuegos

Otro Monumento Nacional. Data de 1839 y se construyó con el fin de sustituir al que existía desde que había sido fundada la ciudad en 1819. Hermosura, majestuosidad y maestría confluyen en este camposanto, de gran significación nacional. Resulta el único de Cuba que cuenta con tres hileras de nichos verticales, una forma antigua de enterramientos que prueba el gran dominio y nivel artístico existente en esa ciudad en cuanto al trabajo con mármol, hierro fundido y pizarra.

Cementerio de Reina de Cienfuegos. Foto: Mireya Ojeda/ Radio Rebelde.

Entre sus magníficas esculturas se destaca la hermosa figura de “La Bella Durmiente”, pieza de un escultor italiano, poseedora de gran perfección y suavidad en sus líneas.

Cementerio Tomás Acea de Cienfuegos

Constituye el único cementerio jardín cubano. Fue construido en las afueras de la Perla del Sur. Se inauguró el 21 de noviembre de 1926 y fue hecho con parte del dinero de Francisca Tostes, viuda de Nicolás Salvador Acea, un acaudalado cienfueguero. De Tomás, el hijo de ambos, adquiere el nombre este camposanto.

Se dice que fue construido para los pobres, sin embargo, es prolijo en monumentales esculturas hechas de mármol de Carrara de altísima calidad, traído expresamente de Italia.

Panteón de José Federico Porrúa Taillacq, en el cementerio Tomás de Acea, de Cienfuegos. Foto: 5 de septiembre.

Sus creadores se inspiraron en las ideas de construcción de cementerios más avanzadas de su época y el resultado fue este magnífico cementerio-jardín en el cual se integran al paisaje, en perfecta armonía, las bóvedas, mausoleos y tumbas.

Su área total abarca unas 17 hectáreas y se parceló en distintas secciones que se unen mediante avenidas interiores arboladas con distintas especies de plantas que les dan nombre como: Los Tamarindos, Los Cipreses, Los Pinos y otros. La fachada de su edificio central es un vivo ejemplo de la arquitectura cubana del período republicano.

Entre las más importantes personalidades enterradas en él figura la actriz actriz Luisa Martínez Casado.

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