En enero del 2014 el Mercado de Cuatro Caminos cerró sus puertas. Tras casi un siglo de servicios, el mercado modernista más famoso de La Habana entraba en un largo período de restauración para devolverle su valor patrimonial. En pleno proceso constructivo descubrieron que había allí un Elegguá gigante.
El Mercado de Abasto y Consumo de La Habana
El Ayuntamiento de La Habana otorgó en el año 1919 una licencia a Juan Fernández de Castro para crear el Mercado de Abasto y Consumo de la capital cubana. El edificio debía construirse bajo los cánones de la arquitectura moderna, con una estructura de hierro, cemento y cristales.
En el año 1920 inicia sus servicios el mayor mercado de La Habana conocido como “Mercado Único de Cuatro Caminos”. Ocupó toda una manzana, que se limita por las calles Montes, Matadero, Calzada de México Cristina y Arroyo.
El Mercado Único de Cuatro Caminos
Una de las cláusulas del contrato implicaba que sería el único de su tipo en más de 2.5km a la redonda. Además, no habría ningún kiosco de venta de los productos que en el mercado se ofrecían, en menos de 700 metros en cualquiera de las direcciones.
De aquí proviene el nombre de “Mercado Único”. El edificio tiene dos plantas y un sótano. El piso alto lo dedicaban para la venta de carne, aves vivas y muertas, pescado, huevos, leche, quesos, embutidos, conservas y otros productos. El piso principal tenía cafeterías, restaurantes y tiendas.
La Revolución impuso un cambio de uso a la edificación
En el año 1959 el Mercado Único pasó a pertenecer al gobierno del Municipio de La Habana y cambiaron su nombre a Mercado Popular. Pero poco tiempo después su mantenimiento se volvió insostenible para la administración estatal y pasó a usarse como almacenes.
Retomó y cambió sus funciones en varias ocasiones, hasta que en la década de 1990 comenzó a funcionar como mercado agrario, ofreciendo servicios en la planta principal únicamente.
El Mercado de Cuatro Caminos se construyó en 6 meses y lleva 6 años en restauración. Pronto cumplirá un siglo de creado y esta vez se espera que recupere sus funciones originales.
El Elegguá gigante del Mercado de Cuatro Caminos
Hace dos años, cuando las acciones constructivas estaban en pleno proceso, los obreros se toparon con un busto de piedra al que denominan el Elegguá gigante. Se dice que marca la posición del enterramiento de una roca de adoración de los santeros de La Habana.
Esta estatua se encontró en el año 1994, durante una de las reparaciones del Mercado. Pertenecía a los esclavos africanos y su enterramiento original estuvo junto a una de las columnas por donde se descargaba la mercancía.
Con los años y no se sabe cómo, fue a dar al centro del sótano del mercado. Los religiosos acordaron mantenerlo allí para asegurar que no se perdiera el lugar exacto en que estuvo enterrada la piedra poderosa.
Eshu - Elegguá en los Cuatro Caminos
En la religión yoruba, Elegguá como popularmente se le llama en Cuba, está representado por un niño. Sin embargo, es un orisha mayor. Se dice que es el dueño de los caminos, puede abrirlos o cerrarlos.
Eshu tiene, por decirlo de algún modo, la llave del destino. La ubicación de este orisha en Cuatro Caminos para los cubanos creyentes no es una casualidad. Aún estando el mercado cerrado van a poner sus ofrendas o a hacer una visita de cortesía al lugar.
¿Se mantendrá allí el Elegguá?
Las obras del Mercado Único de Cuatro Caminos deben terminar este 2019, en saludo al 500 Aniversario de La Habana. Después de varios años de espera, los devotos de este orisha aseguran que el “Elegguá gigante” mantendrá su ubicación.
Se espera que la esfinge sea colocada en un lugar de acceso público, para que aquellos quienes busquen la suerte, la dicha y el buen destino, encuentren su bendición en Cuatro Caminos.
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