El Día Mundial de la Artritis se celebra cada 12 de octubre desde el año 1996 fecha en que la organización Arthritis Rheumatism International decidió crear este día. En la actualidad el evento se ha ha convertido en una celebración mundial.
La conmemoración tiene como objetivos mejorar el conocimiento sobre la artritis e influir en el establecimiento de políticas que puedan reducir la carga que representan la artritis y las enfermedades músculoesqueléticas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado a conocer que la enfermedad afecta entre 1 y 1.5 por ciento de la población del planeta.
El tema de este año para el Día Mundial de la Artritis es «Está en tus manos, haz algo». Con el objetivo de crear conciencia sobre las enfermedades reumáticas y del aparato locomotor y animar a las personas que las padecen, sus cuidadores, familias y público en general, a aprovechar cada oportunidad para tomar medidas y hacer una diferencia en la calidad de vida de estas personas.
La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria de causa autoinmune. Esta es un padecimiento crónico, inflamatorio y potencialmente incapacitante para el cual no existe cura, pero sí se comienza el tratamiento en fase temprana, pueden mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los enfermos.
La artritis reumatoide ataca las articulaciones pequeñas y medianas como manos, muñecas, codos, rodillas, tobillos y hombros; la característica principal es que se presenta de manera bilateral y ocasiona inflamación y dolor. Otros síntomas que refieren los pacientes son entumecimiento y rigidez articular por las mañanas, que dura de una a dos horas y afecta la movilidad. A estos se suma un estado de malestar generalizado y fatiga.
Si se impusiera el tratamiento adecuado en los primeros seis meses de la sintomatología en pacientes con artritis reumatoide se puede evitar hasta en 80 % el daño estructural en las articulaciones y mantenerlos libres de signos y síntomas. Estos pacientes deben estar alertas y no caer en la trampa de los productos y terapias "milagro" debido a que sólo retrasan el inicio del procedimiento médico especializado.
Cuando el tratamiento se inicia en fases avanzadas aumenta el riesgo de secuelas como deformidades y discapacidad. El 30 % de los enfermos pueden llegar a la deformidad en los primeros dos años de establecida la enfermedad; por eso es importante el diagnóstico en la fase inicial.
El 80 % de los pacientes desarrollan el padecimiento entre los 35 y 50 años, y las mujeres, por el factor hormonal, tienen tres veces más probabilidad de desarrollarlo, por lo que la respuesta al tratamiento es mejor en los hombres.
Como es una enfermedad sistémica puede afectar a muchos órganos del cuerpo además de las articulaciones tales como piel, ojos, corazón, sistema nervioso, pulmones, sangre y aparato músculo-esquelético, de ahí la importancia de su diagnóstico temprano y el acceso a tratamientos.
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