EL Jardín Botánico Nacional (JBN) de Cuba se abrió 17 años después de iniciada su construcción, cuando crecieron los árboles plantados y fructificaron las semillas traídas desde todas partes de la Isla y de muchos países de varios continentes. Esta es una obra a muy largo plazo que trasciende a todos.
Desde su apertura la institución ha recibido la visita de más 2,5 millones de personas.
En 1959 solo existían en la capital cubana, el Jardín Botánico de Carlos III y en la central ciudad de Cienfuegos el Jardín Botánico Atkins, manejado por la Universidad estadounidense de Harvard, para uso exclusivo de estudiantes y profesores norteamericanos.
En 1967, el doctor Johannes Bisse —un joven botánico alemán que desde 1966 se convirtió en gran conocedor de la flora cubana— propuso crear un jardín botánico de proyección nacional, con una extensión de aproximadamente 500 hectáreas.
Parte del Jardín Botánico Nacional se encuentra en el Municipio Boyeros sobre lo que fuera una hacienda ganadera plagada de rocas y marabú. Especialistas, dirigentes, trabajadores y estudiantes laboraron duramente en su acondicionamento y finalmente se abrió al público el 24 de marzo de 1984.
Ampliado hoy a 600 hectáreas en el JBN están representadas la mayoría de las más importantes formaciones vegetales y la diversidad de paisajes de la Isla, así como ejemplares de la flora tropical y subtropical de América, África, Asia, Australia y Oceanía, muchos de los cuales se lograron gracias al intercambio de semillas con más de 500 instituciones internacionales. Al aire libre o bajo techo, pueden observarse alrededor de 4 000 especies de plantas, de ellas entre 800 y 900 de la flora cubana. En su entorno han sido sembradas colecciones especiales como la de palmas y el bosque arcaico. En los pabellones se exhiben diferentes tipos de vegetación de zonas desérticas y semidesérticas y de bosques tropicales.
Más de 361 personas, 141 mujeres y 220 hombres trabajan como especialistas, técnicos, jardineros, guías, gastronómicos, operarios, en todas aquellas tareas que requiere un centro de este tipo. Varios de sus más de 30 profesionales se desempeñan como profesores en la enseñanza de nivel superior y en la investigación científica.
Muy pocos visitantes extranjeros visitan el lugar. Anteriormente hubo años en que alcanzaron la cifra de 20 mil, pero en el 2007 no llegaron a 3 mil y en lo que va del 2008 han visitado el Jardín 706. Al centro no le resulta fácil competir con importantes polos turísticos del país."El turismo que prima en esta Isla caribeña es básicamente de playa y sol. Para atraer a los segmentos de personas de la tercera edad y a naturalistas, hay que hacer un trabajo que todavía no hemos hecho".
Fuente: Granma
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