Este artículo es de hace 16 años
De la “microcycas calocoma”, como se denomina científicamente, sobreviven en la occidental provincia cubana de Pinar del Río unos mil ejemplares. Esta es considerada por los especialistas como un fósil viviente, teniendo en cuenta que proviene del período jurásico.
Su hábitat es mundialmente conocido por los valores naturales que posee, el famoso “Valle de Viñales”. Entre sus curiosos mogotes de roca caliza, crece esta, no menos curiosa especie. También se le puede ver en las alturas de Pizarra, una de las primeras formaciones montañosas de la isla.
Su nombre popular lo debe a la constitución esponjosa de su tronco. Esta palma alcanza como promedio unos 5 metros de altura y su diámetro hasta 60 centímetros. Sus hojas, también llamadas “pencas”, tienen la forma de una copiosa y verde corona. Crecen solo del estirado tallo y en todas las direcciones, alcanzando longitudes aproximadas a un metro. Según los expertos, los ejemplares de sexo masculino alcanzan mayor tamaño.
La tala excesiva de que fue víctima esta especie palmera a inicios del pasado siglo, es la causa principal de su casi desaparición.
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