Lo que nos gustaba chupar en la playa

Una mamoncillo es algo que dura muy poco en la boca pero mucho en la memoria. Un mamoncillo para un cubano es mucho más que una fruta, es el recuerdo de las vacaciones caminando por la playa con los vendedores callejeros, los racimos amarrados con hilos y la estela de cáscaras siguiendo los pasos por la arena. Un mamoncillo es el dolor por esa prenda preferida manchada, el rechinar de los dientes, las piedras al árbol, y la conocida sensación de no poder parar de comerlos.

Un mamoncillo, minúsculo como un beso, suave y aterciopelado es la fruta ideal para un cubano: magnética como él mismo, ácida y dulce a la vez, adictiva y especial.

Si naciste en la tierra de la salsa, las playas y el sol, si naciste en Cuba, no tienes más que cerrar los ojos y sentirás en tus labios, deshaciéndose, inundando tus sentidos y tu boca, un buen mamoncillo cubano.