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Los diez mejores boleros que cantaba El Benny

A ningún cubano se le ocurre negar su categoría de Bárbaro del Ritmo, capaz de interpretar con un magisterio total el son, la guaracha, la rumba, los ritmos afros, pero el Benny se corona, a mi entender, como uno de los más expresivos cantantes y compositores de la música cubana, cantando boleros.


Este artículo es de hace 7 años

El entrenamiento para cantar boleros probablemente lo sacó El Benny de mil serenatas y noches de bares y cantinas, o al lado de los Matamoros, o de escuchar la trova en varias ciudades de la geografía cubana, o simplemente respiró bolero en el aire, y Dios le dio el don de cantarlo como nadie. Que no todo puede ser explicado racionalmente, mucho menos El Benny.

Antes de que el lector me insulte en el foro por no haber incluido Oh, vida, de Yánez y Gómez, o Mi corazón lloró, de Frank Domínguez, o Sin una despedida, de José D. Quiñones, advierto que es inútil discutir en términos de gusto. Estos son los mejores boleros que cantó Benny Moré en tanto son los que más me conmueven, los que siempre recuerdo y adoro cantar a dúo, haciéndole la segunda, porque están vinculados, también, a ciertos momentos de mi vida personal.

1. Fiebre de ti, de Juan Arrondo: Es el bolero de los boleros. Ese que se canta protestando por el despotismo de una pasión incontrolable: “Esta fiebre de ti, estas ansias vehementes, este calor de infierno, que me abraza la frente, perdonándote todo, tu pasado y presente”.

2. Cómo fue, de Ernesto Duarte: Es la confesión bolereada, el descubrimiento inesperado porque llegó un sentimiento extraño e invasivo, sin buscarlo siquiera. “Fue a lo mejor la impaciencia, de tanto esperar tu llegada. Mas no sé, no sé decirte cómo fue, no sé explicarme qué pasó, pero de ti me enamoré”.

3. Dolor y perdón, de Benny Moré: Es como Lágrimas negras, que del sufrimiento y la pena sacan ritmo y pachanga. En ambas vertientes, llanto y baile, es un bolero soberbio: “Dolor, dolor que me ocasiona, mi bien, este cruel remordimiento, dolor, dolor, dolor, que llevo dentro por lo mucho que has llorado. Perdón, cariño santo, por haberte abandonado, hoy quiero ver feliz tu vida, y darte verdadero amor…”.

4. Te quedarás, de Alberto Barreto: Por supuesto que su letra manifiesta prepotencia y autoritarismo machistas, y también el sentimiento de indiscutible ternura que le impide a ella irse a ningún lugar. “Te quedarás porque te doy cariño, Te quedarás porque te doy amor… No vuelvas más si no piensas quedarte, no vuelvas más si me guardas rencor, pero quédate conmigo, que yo soy tu amor”.

5. Mi amor fugaz, de Benny Moré: Es increíble el modo en que cada vez que uno recuerda este bolero de amores extraviados, recuerda también el soberbio arreglo, y uno quiere cantar los metales de la Banda Gigante: “Tengo fe en que tú comprendas, como yo lo he comprendido, que nuestro amor se ha perdido como una estrella fugaz”.

6. Y hoy como ayer, de Pedro Vega: Se ha transformado en el himno a la eterna majestad de Benny Moré. Es como decir que cada día canta mejor. “Yo no sé lo que voy a hacer en tu ausencia mi bien, y pensar que no volverás jamás. Hoy como ayer yo te sigo queriendo mi bien, con la misma pasión que sentí, cuando te vi mi amor”.

7. Conocí la paz, de Benny Moré: Este es otro bolero atípico. Nada de lágrimas y rencores. El más tierno slogan para la playa que, dicen, es la más bella del mundo. A Benny también lo creía, por razones personales. “Cuando a Varadero llegué, conocía la felicidad. Cuando a Varadero llegué, todo fue verdad… Y cuando tus labios besé, conocí la paz”.

8. Corazón rebelde, de Alberto Barreto: Es el himno del rencoroso, de quien no quiere ni puede perdonar. “Debes comprender que ya es imposible, volver a empezar, no sigas llorando, porque con llorar, no me vas a conmover… Dile corazón lo que tú sufriste, cuando te dejó, que te abandonó y no tuvo compasión de ti”.

9. Qué pena me da, de Juan Arrondo: Extraño bolero que no habla de los dolores causados por un amor traicionero, sino de alguien que no puede amar como le piden: “es triste rechazar tus caricias, es doloroso verte llorar así, por eso me voy, buscando que me puedas olvidar”.
10. Que me hace daño, de José Dolores Quiñones: Todo el filin y la emoción íntima, todo el sentimiento de quien asocia una canción con dolores de antaño están vinculados a aquellos versos de “no me vuelvas a cantar esa canción… que no hay más explicación que el clamor de esta canción, no me vuelvas a cantar esa canción, que me hace daño”.

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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.

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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.