Obbatalá es el Orisha de mayor rango, pues fue quien primero descendió a la tierra materializando a Olofi, por lo que fue él quién dio vida a los demás. La propia etimología de su nombre es “rey de todos los santos. Su principal mandato es hacer bien, y es él quien media entre los Orishas, dado que su palabra es ley y se le respeta como tal. Él representa lo cierto, lo sabio y lo justo.
Es el dios de las casas. Además, quien rige las cabezas y educa con base en el pensamiento. Se le ve como un veterano en la cima nevada de las montañas.
Por lo general, sus hijos son los Albinos y quienes nacen incapacitados física y/o mentalmente.
A él le atraen las penumbras, por lo que su altar debe mantenerse alejado de la luz.
Se le sincretiza con la Virgen de la Merced. Su color es el blanco. Su celebración es el 24 de septiembre.
Sus hijos deben caracterizarse por ser respetuosos, pues Obbatalá no admite faltas de respeto, y menos aún injurias.
Entre las partes del cuerpo sobre las que ejerce mayor influencia están: los fluidos blancos, la cabeza y los huesos. Las hierbas con las que trabaja son: el Alacrancillo, la Almendra, el Algodón, la Campana, el Peregun y el Canutillo.
Los animales que le son sacrificados son: la gallina blanca, la guinea, la paloma y la chiva. Sus devotos tienen prohibido el consumo de bebidas alcohólicas, cangrejo y judías.
A Obbatalá se le reza así: “Gemu Obatala Obatala Birivigua Aligua Ligua Lano Yakuto Kabo Kabo Ke Dedere laboru Dedere la boshishe Doba lori meridilogun”.
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