Psoriasis

La psoriasis es una enfermedad de la piel que se produce por un trastorno de la proliferación celular epidérmica, caracterizada clínicamente por una excesiva descamación cutánea y la presencia de lesiones localizadas principalmente en el tronco, las articulaciones y el cuero cabelludo. La enfermedad fue descrita en Inglaterra en el siglo XIX por el médico Robert Willan quien estudió a un grupo de pacientes portadores de lesiones escamosas en la piel, que denominó psoriasis. La psoriasis afecta a un 2 % de la población mundial, independientemente de su edad, sexo o raza. El origen de la afección permanece aún en discusión, se ha comprobado que el 70 % de los pacientes atendidos por esta afección refieren el antecedente de haber sufrido un estrés, conflicto o choque emocional antes de comenzar con los síntomas de la enfermedad. Las manifestaciones clínicas pueden desaparecer durante períodos más o menos largos pero la enfermedad generalmente tiende a ser un padecimiento crónico La severidad es variable ya que puede ser localizada en una o varias regiones del cuerpo (cuero cabelludo, rodillas, codos, axilas, región inguinal, palma de las manos, planta de los pies), o afectar todo el cuerpo como en los casos de la variedad denominada eritrodérmica. Es una enfermedad que aparece entre los 20 y los 40 años. No es trasmisible de persona a persona, pues no es causada por ningún microorganismo o parásito. Tampoco tiene relación alguna con la alimentación, es decir, no es una vitamina o un mineral que le falte al paciente ni tampoco algún alimento o nutriente que ingirió y lo intoxicó. Uno de los síntomas más molestos de la enfermedad es el prurito o picazón intenso que sienten los pacientes en las zonas de la piel afectadas. La enfermedad produce una alteración localizada de la piel en las regiones afectadas, que cuando desaparece, bien por el tratamiento impuesto o de forma espontánea, se recobra el aspecto normal de la piel sin dejar huellas.