Una de las mayores y más osadas obras de ingenierías que se haya construido en Cuba es el túnel submarino que atraviesa la boca de la bahía de la Habana. Su culminación data de 1958 y estuvo a cargo de la empresa francesa Societé des Grands Travaux de Marseille, y el ingeniero cubano José Menéndez Menéndez tuvo a su cargo la dirección técnica.
El viaducto surca bajo el mar unos 723 metros lineales, y se encuentra 2 metros por debajo del fondo de la bahía. Su profundidad respecto al nivel del mar es de entre 12 y 14 metros.
El objetivo fundamental de tan embargadora obra ha sido evitar una digresión de decenas de kilómetros contorneando la bahía para comunicarse con el este de la capital y otras importantes regiones del país.
Esta vía posee cuatro sendas de ida y vuelta y está basada en un método de tubos de hormigón reforzado, capaces de aguantar la fuerza de miles de toneladas de agua marina. La altura del túnel es de 4,25 metros, por lo que está limitado el acceso para algunos medios de transportación de gran tamaño. El costo de esta colosal obra fue en su época de unos 30 millones de dólares. Su ejecución duró unos 32 meses.
El tránsito de un extremo a otro del túnel se realiza en unos 45 segundos a 60 kilómetros por hora, cuando el tráfico se comporta con normalidad. En muy pocas ocasiones se ven embotellamientos en el movimiento vehicular. Según las estadísticas, unos 32 mil vehículos hacen uso de las facilidades de este túnel habanero cada día.
Recientemente fue sometido a una reparación capital que lo proveyó de tecnología de punta en sistemas de iluminación, electrificación, ventilación, bombeo, contra incendios, gestión técnica centralizada de forma automática y circuito cerrado de televisión para la vigilancia.
Gracias a la construcción de este atajo se pudo expandir el área habitacional de la ciudad hacia el este, creándose populosas zonas residenciales como Alamar, Villa Panamericana, etc. También es esta vía una de las alternativas más populares para iniciar el viaje hacia la ciudad de Matanzas o el balneario de Varadero, entre otros relevantes sitios de interés turísticos que se encuentran en el este de la capital cubana.
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