Cuenta la leyenda que en 1613 dos hermanos indios y un negrito de nueve o diez años fueron a buscar sal en la bahía de Nipe —en la costa norte del oriente de Cuba— y divisaron sobre el mar la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre.
Dicen también que la imagen fue llevada hasta el poblado Real de Minas, muy cerca de la villa de Santiago de Cuba, donde se abre una las mayores vetas de cobre a cielo abierto de América. Los vecinos recibieron el hallazgo como una buena señal del cielo y construyeron de inmediato una ermita para que sirviera de templo al ídolo religioso.
Al borde de la mina, los mineros levantaron el primer santuario, en el mismo sitio donde hoy se encuentra la iglesia que conserva aquel ídolo encontrado sobre las aguas.
Así comenzó la devoción de los cubanos por esta imagen. La Virgen de la Caridad del Cobre es también adorada en los cultos sincréticos afrocubanos como Ochún, la diosa del amor y del dinero, la dueña de las aguas dulces y su día especial del año es el 8 de septiembre; en esa fecha y desde el día anterior, se le hacen ofrendas de todo tipo y las festividades están vinculadas también con a su hermana Yemayá, la diosa del mar, cuya fecha principal de celebración es justamente el 7 de septiembre.
Durante las guerras de independencia de Cuba iniciadas en 1968, las tropas del Ejército Libertador manifestaban gran devoción por la Virgen de la Caridad y se encomendaban a ella.
En 1915 los veteranos de la Guerra de Independencia escribieron al Papa Benedicto XV pidiendo que proclamara Patrona de Cuba a la Virgen de la Caridad del Cobre. Unos años más tarde, el Papa Pío XI autorizó la coronación canónica de la sagrada imagen. Es en la mañana del 20 de diciembre de 1936, cuando se realizó la coronación por el entonces obispo de Santiago de Cuba, Monseñor Valentín Zubizarreta.
El actual Santuario del Cobre, que ofrece misa cada mañana, data de 1927 y tiene un altar de plata maciza y otros objetos ornamentales de gran valor. Debajo del Camarín de la Virgen se encuentra la denominada Capilla de los Milagros, un pequeño recinto donde los creyentes depositan disímiles ofrendas: joyas de oro y piedras preciosas, muletas, entre otras riquezas de valores.
Unas 500 personas acuden al lugar cada día. Los peregrinos se llevan consigo diminutas piedras de la mina, donde brillan las partículas de cobre y las conservan en sus casas en vasos de agua, bolsillos o bolsos, como protección contra los males o quizás como buena luz para el futuro personal y familiar.
El Papa Pablo VI envió el 30 de diciembre de 1977 como delegado suyo, al cardenal Bernardín Gantín, portador de la Bula Papal, por la que se proclamó Basílica Menor al hasta entonces Santuario Nacional.
Durante su visita a Cuba en 1998, el Papa Juan Pablo II coronó y bendijo a la Virgen de la Caridad del Cobre.
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