La muerte de la turista canadiense Barb Johnston de 54 años tras pasar por un hospital cubano ha provocado una gran consternación en Canadá y ha provocado que la familia de la mujer, fallecida el 29 de diciembre, advierta a los turistas de su país que se preparen para afrontar cualquier emergencia si deciden viajar a la Isla.
Los acontecimientos acaecidos a Barb Johnston, proveniente de la provincia canadiense de Manitoba, se iniciaron en Cayo de Santa María, el 26 de noviembre donde ella y su marido, John, habían viajado de vacaciones. La mujer mostró síntomas de resfriado, explicó su marido. Al empeorar se dirigieron al día siguiente a un centro médico.
"Los resorts para turistas son absolutamente bellos, las instalaciones son bonitas, las plazas hermosas", indicó John. "Pero una vez entramos en el centro médico, fue un shock horrendo: estaba muy sucio, todo estaba oxidado, no había puertas por ningún lado, la gente parecía ir vestida con ropa de calle".
La turista canadiense fue transferida ese mismo día a otro centro, donde fue ingresada en terapia intensiva.
Según explicó la familia de la fallecida, el hospital donde fue ingresada no tenía comida, ni agua potable ni baños públicos en funcionamiento. La situación llegó a tal punto que el personal del hospital pidió a la familia que llevara algo de zumo de naranja y lo pusiera a través del tubo de alimentación de la paciente.
A ello se le sumó l dificultad del marido de la enferma para recibir información, puesto que pocos hablaban inglés en el hospital.
Tras pasas siete días en un hospital cubano, el marido de la paciente pudo llevársela de la Isla mediante una ambulancia aérea hacia Estados Unidos, concretamente al Broward Medical Health Centre de Fort Lauderdale, para lo que debió firmar un documento en el que respondía ante cualquier responsabilidad y se mostraba la disconformidad de los médicos cubanos con el traslado.
Tras pasar 10 días en el centro de Florida la mujer experimentó mejoría, pero volvió a recaer, por lo que fue trasladada a Canadá, donde murió.
Los familiares, que creen que nunca sabrán cuál fue el causante de la enfermedad, avisan a quienes quieran viajar a Cuba para que se preparen ante cualquier emergencia y que se aseguren vías de comunicación con sus países puesto que encontrar teléfonos públicos en la mayor de las Antillas es complicado.
(Imagen tomada de CBCNews)
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