Los fuertes cambios climatológicos que ha sufrido Cuba en este último año ha perjudicado gravemente las plantaciones tabacaleras.
La tormenta de El Niño de 2015 provocó una gran sequía en la isla a la que siguió un período de fuertes lluvias en una época que de normal es seca en la mayor de las Antillas. Estos dos hechos han arruinado varias plantaciones y provocado que otras queden gravemente dañadas, en especial las tabacaleras que son sensibles a estos cambios del clima.
Agricultores y expertos afirman que las cosechas de años anteriores también han sido flojas, hecho que coincide con el aumento de turistas en las zonas tabacaleras como en la provincia de Pinar del Río.
El mejor tabaco cubano es cultivado de finales del mes de octubre a principios de enero y se cosecha en marzo.
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