Uno de los momentos incómodos que alcanzó a registrar la televisión francesa fue aquel en que el reportero Hugo Clément gritó, desde unos metros de distancia, mientras Raúl Castro bajaba las escaleras y se acercaba a un coche: “Señor Castro, ¿cuándo los cubanos podrán votar libremente?”.
Tomado por sorpresa, se alcanza a escuchar que Raúl pregunta a su entorno “¿qué dice?”, y acto seguido exclama: “Saludos, saludos a todo el pueblo francés”… Frase comodín y de salvamento en cualquier situación. El periodista insiste en su pregunta, pero Raúl vira la espalda y como si con él no fuera.
Se alcanza a ver la cara de disgusto del “nietísimo” guardaespaldas, que no se digna a mirar al periodista, pero que se da cuenta de que aquello es un “mal trago” más. Es presumible que el pobre Raúl Guillermo se haya tomado unas vacaciones a su regreso a La Habana.
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