El intelectual cubano y editor de la revista "People en Español", Armando Correa, viajó recientemente a Cuba tras 17 años en el exilio. Lo hizo como parte de la primera delegación de editores de Estados Unidos en La Habana, que asistieron a la recién finalizada Feria del Libro
En una emotiva crónica, que ha publicado "People en Español", Correa narra interioridades de su viaje y deja apreciaciones sobre el país que encontró después de casi dos décadas de ausencia.
Correa contó su experiencia de vuelo con varios cubanos: los que suelen llevar grandes equipajes y viajan a menudo a la Isla y aquellos otros que regresan antes de los dos años, para no perder la residencia cubana.
"En un abrir y cerrar de ojos anunciaron el aterrizaje y desde mi ventanilla puede divisar una ciudad en penumbras", escribió Correa.
A continuación algunas percepciones de Correa sobre el país que encontró:
La Habana es, definitivamente, otra. No es más democrática, aún no hay elecciones, pero no te llevan a la cárcel por ir a una iglesia, por tener una librería privada o por asistir a fiestas en las embajadas, donde ahora se refugian los artistas e intelectuales.
Correa se cataloga como "un mal cubano” porque suele evadir las conversaciones sobre Cuba y los periódicos o canales de televisión donde suele aparecer contenido sobre la Isla. Y añade:
Desde que salí, en 1991, Cuba ha sido para mí una terrible pesadilla.
Durante el camino hacia La Habana, Correa temió que las autoridades no lo dejaran entrar a Cuba ―como le ocurrió en 1995―, según su propia narración.
Pero llegó, llegó y pudo reencontrarse con su padre y visitar la casa donde vivió desde niño y hasta su habitación, gracias a la cortesía de la actual propietaria.
A continuación, un extracto de algunas de las anotaciones de Armando Correa en su crónica de viaje publicada "People en Español":
"Al salir con el grupo en el autobús que nos llevaría a cenar en uno de los exclusivos restaurantes que ahora están en manos privadas, no pude reconocer la ciudad. Realmente, La Habana vive en penumbras".
"El grupo de editores y directores estaba asombrado ante la cantidad de gente que hacía filas para comprar libros. Un público joven llenaba los pasadizos de la antigua cárcel".
"Recorrí la ciudad con un apetito voraz. Descubrí las ruinas coloniales restauradas, los cafés para turistas, la arquitectura imperial revivida. La brisa invernal del trópico, el sol suave y el acento diverso de los turistas, hacía casi imposible distinguir si transitaba una callecita de París o Milán".
"Hice el recorrido de mis personajes, que a fin de cuentas, no es otro que el recorrido de mi infancia: visité el Cementerio de Colón, la Universidad de La Habana, la Comunidad Hebrea, y me tomé discretamente una foto ante la casa de mi niñez, en El Vedado".
"Fui también hasta Centro Habana, atravesando calles destruidas y edificios apuntalados para sorprender a mi padre. Le pude dar un abrazo, como si nunca lo hubiese dejado de ver".
"(Durante la presentación oficial del trabajo) Mostramos las portadas con cautela y, sin haberlo revisado de antemano, proyectamos el vídeo con el resumen del Festival de People en Español. Por primera vez en un espacio oficial cubano, se vio aparecer a Gloria y Emilio Estefan. Y a Pitbull, que repetía el estribillo 'Nos vamos pa’ Cuba'. Nadie aplaudió. El auditorio estaba lleno de rostros perplejos".
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