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Buenos Aires, 29 mar (EFE).- La doctora opositora cubana Hilda Molina, quien fuera diputada del Parlamento cubano y se encuentra exiliada en Argentina desde el 2009, ha afirmado que en la Isla conviven una dictadura "dinástica militar estalinista" y un "capitalismo salvaje militar de Estado". En su opinión, ambos se encuentran encabezados por los Castro, cuya única ideología "es el dinero y el poder". Y reconoce:
Nosotros creíamos en las prédicas de Fidel Castro y sus promesas. Nos convocó al sacrificio pero nos dijo que si nos sacrificábamos íbamos a lograr una Cuba mejor. Y yo sencillamente me lo creí. Ciertamente nos engañó, pero para que alguien engañe a uno, uno tiene también que dejarse engañar.
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Especialista en Neurocirugía, Molina (Camagüey, 1943), quien asegura conocer "bien personalmente" a los hermanos Raúl y Fidel Castro, se sumó con 15 años a la revolución castrista a pesar de ser una adolescente "de la alta sociedad" y fue condecorada en Cuba con las máximas distinciones que se confieren a científicos y a mujeres.
Pero en 1994 se incorporó al Comité Cubano Pro-Derechos Humanos y decidió renunciar a todo lo que la vinculaba al régimen, decepcionada, y en protesta por la discriminación que dice empezaron a recibir los enfermos cubanos en privilegio de los extranjeros que pagan servicios médicos en dólares.
En represalia por su renuncia y su disidencia, cuenta que el expresidente Fidel Castro personalmente la condenó sin juzgarla a una variante de cautiverio sin rejas al interior del país, lejos de su familia, afincada en Argentina.
Tras 15 años de espera, y con la intercesión del entonces presidente argentino Néstor Kirchner, en 2009 el Gobierno cubano le permitió viajar al país austral, donde ahora reside.
Convencida de que todos sus compatriotas, incluida ella, han incurrido en un "gravísimo pecado de omisión" al permitir que les "robaran la patria", remarca que Cuba es "para la dinastía Castro, sus generales, sus elegidos y los extranjeros".
"Y los cubanos, sin derechos", matiza. "Negocios de verdad e inversiones en serio el cubano, por ser cubano, no puede. Tiene que ser extranjero. Por eso digo que nos han robado la patria", destaca la médica, segura de que hay muchos interesados en invertir en Cuba, y eso puede conllevar mejores trabajos y mejor situación económica.
Lo que nadie dice es que los inversionistas extranjeros son asociados a los Castro
argumenta, para considerar que dichos inversores no pueden contratar directamente a cubanos y que tampoco esos trabajadores pueden cobrar directamente, ya que el dinero pasa por el Gobierno, que finalmente paga "una miseria" al trabajador.
Esos cubanos son según ella "empleados de los Castro en asociación con firmas extranjeras", y no pueden ir a huelga ni pedir paritarias. "Y si protestan van presos o los reprimen", añade.
De la reciente visita a la isla del presidente estadounidense, Barack Obama, cree que no supone ninguna "apertura" por parte del Ejecutivo de Raúl Castro.
"La situación política idónea es que los Castro permitan elecciones", señala, convencida de que en Cuba sí hay presos políticos. Y afirma:
Lo que pasa es que los Castro a todos los que nos oponemos a sus políticas nos llama delincuentes comunes. Por eso dicen que no hay presos políticos.
A su juicio, el camino que "siempre tuvieron preparado" es el camino de China: "perpetuarse" pero no en un "Gobierno comunista", ya que dice, Fidel y Raúl Castro "no tienen ideología".
"La ideología de ellos es dinero y poder. Perpetuarse en el poder y permitir mucha inversión, el mundo va e invierte y algún sector, sobre todo los más pegados al Gobierno, se va enriqueciendo de manera insultante", espeta. En su opinión, en Cuba:
hay un régimen simbiótico en el que coexisten una dictadura dinástica militar estalinista y un capitalismo salvaje militar de Estado
e indica que los dos hermanos ya tienen pensada su continuidad en los hijos de Raúl.
La médica recuerda que conoció a Fidel cuando, con asesoría de neurocientíficos internacionales, ella pudo cumplir su "sueño" de abrir en Cuba un Centro Internacional de Restauración Neurológica.
"Hubo una primera entrevista en 1986 donde él me preguntó mucho. Se cautivó con el proyecto, se hizo el centro y después se convirtió en una visita asidua. Muchas horas conversó conmigo", subraya. Y agrega:
Hasta que finalmente el Gobierno decidió que el centro era demasiado bueno para los enfermos cubanos y que había que dedicarlo a enfermos extranjeros que pagaban en dólares. Ahí fue que yo dije: conmigo no cuenten para eso. Ese fue el punto de ruptura.
Con gran actividad en Argentina, donde mañana recibirá un premio por su lucha por los derechos humanos, sigue con el corazón "pegado" a su país. Y concluye: "Sigan con la vista puesta en lo que va a pasar en Cuba. Quieren engañar al mundo y los Castro son muy astutos".
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