A principios del mes de marzo, nos hacíamos eco de la campaña que la artista cubana Tania Bruguera había iniciado en la plataforma de recaudación Kickstarter, con el fin de recaudar 100.000 dólares para favorecer la “alfabetización cívica de los cubanos de a pie”, y enseñarlos a “participar activamente e iniciar un cambio” en Cuba.
La intención era abrir un centro colaborativo ―Instituto de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR)― con sede en La Habana Vieja, para reunir a artistas, políticos, activistas y expertos para realizar talleres y conferencias.
En el vídeo promocional de la campaña, la artista explicaba que el propósito era proporcionar
a todos los que están interesados, los conocimientos y herramientas para el cambio pacífico.
La noticia hoy, publicada en el perfil de Facebook de “Yo También exijo” ―creado en apoyo a la artista meses atrás― es que ya han arribado a los 100.000 dólares que se proponían recaudar.
Lo han conseguido incluso una semana antes de que finalice la campaña, cuyo cierre está previsto para el próximo 7 de abril.
La idea de creación del Instituto se remonta a las experiencias de Bruguera en Cuba, donde estuvo retenida ocho meses durante el 2015, cuando fue arrestada varias veces por intentar una acción artística (“El susurro de Tatlin #6”), en la Plaza de la Revolución.
Lo que pretendía Bruguera era abrir un micrófono para que los participantes expresaran sus preocupaciones sobre el futuro de Cuba. Los hechos tuvieron lugar apenas unos días después del anuncio conjunto de Barack Obama y Raúl Castro sobre el acercamiento entre ambos países.
La primera acción simbólica del Instituto fue un performance durante la Bienal de Arte de La Habana en mayo del 2015, la lectura de 100 horas del libro "Los orígenes del totalitarismo", por la cual la artista también fue arrestada.
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