Pese a las limitaciones en el acceso a Internet de los cubanos, Airbnb ya cuenta con unos 4 mil miembros o anfitriones (propietarios de viviendas o habitaciones en alquiler para turistas) desde que comenzó a operar en Cuba en abril del 2015.
El proceso también se hace complicado debido a que aún no se han consolidado las transferencias bancarias entre Cuba y los Estados Unidos y tienen que transferir el dinero a cuentas de familiares en el extranjero.
El medio independiente Cubanet entrevistó a varios propietarios, muchos de los cuales admitieron desconocer la existencia del famoso portal de alquiler de viviendas particulares o no poder acceder a él.
Airbnb cobra un 3 % del servicio de hospedaje y una vez que los anfitriones obtienen una reservación se les envía un sms, lo que posibilita no estar conectado a Internet para conocer de las solicitudes.
Debido a estas dificultades en Cuba los alquileres particulares se continúan "moviendo", principalmente, a través de agencias privadas, taxistas, amistades, recomendaciones o turistas que llegan y solicitan el servicio directamente.
"Se hace muy difícil, cuando un sitio web cobra al cliente, hacerle llegar después el dinero a los propietarios en Cuba porque no hay vías, los propietarios no tienen tarjetas de crédito, no tienen cuentas en Estados Unidos", aseguró uno de los propietarios, miembro de Airbnb.
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