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Aunque sus mayores éxitos internacionales se registraron en la órbita de la canción y la balada, y es muy reconocida en Cuba como bolerista, Vania Borges acaba de presentar un nuevo disco, Tengo Pega Pega, en el cual regresa con todo entusiasmo, y el talento de siempre, a la música bailable que dominó perfectamente al inicio de su carrera, cuando hacía dúo con Haila, en el grupo Bamboleo.
Vania considera que está en deuda con la música popular bailable, de la cual se apartó desde la famosa época de Bamboleo, aquel grupo pionero de la llamada timba, fenómeno socio cultural que integró un nuevo estilo en baile, modas y lenguaje, expresión de la nueva generación de habaneros, como se percibió desde su primer disco, de 1996, Te gusto o te caigo bien.
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La idea de Tengo Pega Pega partió de Manolito Simonet y luego se la propusieron a la Egrem, que la aceptó de inmediato, y muy pronto, algunos de los mejores compositores del género se estaban sumando al proyecto, entre los cuales se encuentran Gerardo Piloto, el propio Simonet, y Raúl Torres, uno de los compositores con los cuales Vania ha sostenido una constante colaboración.
Para ser fiel a sí misma, y al género que mejor la identifica en Cuba, el disco incluye dos bolerazos: Debí llorar y Cenizas, ambos muy conocidos en las grandes voces del género como Lucho Gatica, Olga Guillot, Gina León o Toña La Negra.
Vania se dio a conocer internacionalmente —aunque tuvo la poca suerte de que en Cuba jamás se licenció el disco— con un álbum de 12 versiones de Alejandro Sanz, que le propuso la disquera del cantautor luego de que escucharon con agrado su participación en Cuba le canta a Serrat, donde Vania interpretó Toca madera.
Más tarde, Vania fue elegida por Universal Music entre algunos de los mejores intérpretes cubanos (Ibrahim Ferrer, Coco Freeman, Omara Portuondo, los Van Van) para participar en el álbum Rhythms del mundo, regido por la idea de llevar a ritmos cubanos algunas canciones anglosajonas muy conocidas. A Vania le tocó en suerte versionar Don’t Know Why de Norah Jones, en la cual la intérprete hace gala de su extraordinario buen gusto para convertir en propias las canciones "ajenas". .
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