Un 22 de julio, pero del año 2012, el activista por la democracia y los derechos ciudadanos en Cuba, Oswaldo Payá, líder del reconocido Movimiento Cristiano Liberación, fallece en un fatal accidente automovilístico, que algunos prefirieron calificar de “asesinato de Estado”.
Pese al esfuerzo del gobierno cubano para invisibilizar y desacreditar su obra dentro de la isla, a Payá se le conoce hoy en varias partes del globo como el activista por la democracia más importante en los últimos 25 años, según recoge el diario El País, apoyado en la base de datos del Premio Sájarov del Parlamento Europeo.
Las circunstancias de su fallecimiento en el año 2012, divulgado por los medios oficiales cubanos como un “trágico accidente de tráfico en el que casualmente viajaban dos opositores al sistema”, provocaron revuelo en la comunidad internacional y en las diferentes organizaciones opositoras en la nación caribeña.
Después de todo, Payá había probado su intransigencia y su entrega a la causa de una transición política en Cuba hacia la democracia, sin importar los obstáculos que le impusiera continuamente el oscuro engranaje de la Seguridad del Estado.
En 1988, había fundado el Movimiento Cristiano Liberación (MCL) para promover dicha causa, desde donde dirigió también el Proyecto Varela, una iniciativa legislativa que —a través de la recolección masiva de más de 11.000 firmas— proponía la convocatoria a un referendo en el que los cubanos decidieran, entre otras cosas, si querían tener elecciones libres con un sistema plural de partidos.
El gobierno de La Habana, por su parte, descalificó el Proyecto y lo catalogó de ser un plan imperialista financiado por la CIA.
El ciudadano español Ángel Carromero, quien fuera al timón durante el fatal accidente, fue acusado y condenado a 4 años de cárcel en la isla por homicidio imprudente. Sin embargo Carromero, una vez libre en España, denunció a la prensa internacional que se vio obligado a autoinculparse y que el accidente fue provocado por un “estruendoso impacto trasero”, ocasionado deliberadamente por un auto con agentes del gobierno que venía siguiéndolos.
El proceso judicial del español fue entorpecido por la negación del gobierno cubano a presentar algunas evidencias, a tal punto que a cuatro años de los hechos, las autoridades siguen sin comunicar a la familia el resultado de la autopsia realizada a Payá.
Actualmente es su hija, Rosa María Payá, quien ha retomado la labor del activista mediante la recogida de firmas para un plebiscito o referendo en Cuba, de la misma forma que continúa demandando que se investigue la muerte de su padre.
Imagen tomada de: http://www.que.es/
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