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El miedo, sin dudas, tiene diferentes acepciones para cada quien. Para Stephen Frink, conocido fotógrafo de vida silvestre, el miedo no es nada; no es, ni siquiera, ver a su hija de 23 años nadando junto a un cocodrilo de 200 libras con más de 2 metros de longitud.
Esa es la historia que anda circulando por las redes sociales y deja a los lectores con el corazón en la boca. En las impactantes imágenes captadas por Frink, de 67 años, figura un animal increíblemente grande, un cocodrilo de 8 pies que por sí solo asusta al más malo.
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Pero el reptil no anda solo, sino que se hace acompañar por una temeraria joven llamada Alexa, quien como su padre, también captura el escalofriante momento con una GoPro, cámara a prueba de agua que filma y saca fotografías en alta definición.
La pareja, residente en el Sur de la Florida, viajó a Cuba exclusivamente para tomar estas poderosas imágenes, obtenidas a finales de este julio en las aguas del hermoso enclave natural y coralino Jardines de la Reina, a 50 millas del litoral sur de la isla.
“Aquí está mi hija, Alexa, haciendo un nuevo amigo”, bromeó Frink al subtitular la asombrosa foto (de portada) para subirla a la red social Instagram.
Frink, vecino de Key Largo, es fotógrafo y editor de la revista Alert Diver y ha ganado prestigio en el mundo del periodismo gráfico al abordar de muy cerca la vida silvestre y marina en sus composiciones visuales. Sus logros más reconocidos giran en torno a los atrevidos close-ups o primeros planos que le ha realizado al temido Tiburón Blanco Gigante, el depredador más voraz del océano.
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