La selección cubana derrotó 9 carreras por 4 al local Japón en la discusión del título de la Copa Mundial de Béisbol sub-15 y conquistó su segunda corona consecutiva.
Cuba sentenció el partido apenas en el segundo inning, combinando 5 indiscutibles con un corrido de bases agresivo y letal que resultó clave para este partido, pero también a lo largo de todo el torneo.
Con 3 carreras más en el cuarto capítulo fabricaron una ventaja de respeto que puso contra la pared a los asiáticos, que vencieron a los antillanos 5-0 en la primera ronda.
Tampoco los locales la tuvieron fácil desde el montículo, pues un inmenso Liván Chaviano espació 5 indiscutibles para consolidad su dominio durante 7 y un tercio de labor. La única carrera que permitió fue sucia, y llegó en la sexta entrada tras un error en tiro del torpedero Daniel Castillo.
Si el dominio de Chaviano no fue mayor se debió a las inexactitudes ocasionales de la defensa cubana, la nota gris del juego.
La rebelión japonesa llegaría con los tiros del relevista Osdany Rodríguez, quien fue castigado con 8 indiscutibles y 3 carreras, aunque logró sacar los últimos outs del juego.
En la ofensiva desbordada de 18 hits de los cubanos destacó Loidel Chapellí, de 5-5 y 3 impulsadas, quien hizo felinas atrapadas en la primera base. Con tres indiscutibles respectivos se fueron Darian Palma y Franny Cobos, Víctor Mesa y Hansel Otamendi aportaban dos cada uno.
Por su parte, el bateador que más impresionó en este torneo, el líder de los bateadores Malcom Núñez, contribuyó con un hit en cuatro turnos y un remolque.
Cuba consiguió con esta su segunda corona al hilo, y la sexta de la historia, para romper el empate a 5 oros con Estados Unidos. El subacampeón de 2014 quedó en bronce al derrotar a Panamá 8-3 por el último lugar del podio.
(Imagen tomada de pbs.twimg.com)
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