Los graduados del Instituto Superior de Diseño (ISDi) en La Habana, academia única en su tipo en el país, se sienten cada vez menos motivados a trabajar para el sector estatal, donde no se les “valora lo suficiente”, según recoge un reportaje de Diario de Cuba.
“La mentalidad es la misma de hace 50 años”, explica Jesús, un joven diseñador graduado en 2015. "El diseño no se valora lo suficiente, por tanto, no se le destinan muchos recursos. Así no puedes aplicar ni la mitad de las cosas que aprendiste en el aula", aseguró.
Jesús, al igual que la gran mayoría de los graduados universitarios, debe cumplir con el Servicio Social y destinar dos (si pasó el Servicio Militar Obligatoria) o tres años a laborar para una entidad estatal.
En las instalaciones correspondientes al Estado, las expectativas de estos jóvenes diseñadores, de naturaleza creativa e innovadora, terminan truncándose ante la mentalidad “cuadrada” y militante de estos centros.
"Lo que pasa es que el ISDi a veces no tiene total relación con la realidad que hay afuera. Muchos proyectos no son realizables en las condiciones del país. Otros son muy buenos, de diseñadores prometedores, capaces de hacer mucho con lo poco que tenemos. Sin embargo, al Estado o las instituciones involucradas no les interesa. Esos proyectos también se quedan encerrados aquí", comentó a DDC Karina, profesora del ISDi.
No obstante, algunos graduados de la especialidad Diseño Visual ven realizadas sus expectativas con más facilidad, pues su trabajo no requiere tanta inversión o infraestructura como el Diseño Industrial, destaca el medio.
Ello motiva, tanto a los visuales como industriales a enfocar sus miradas hacia el sector privado, que paga bien por irrumpir con una buena imagen en un escenario competitivo.
"La industria local, muy deprimida en la actualidad, no produce diseño cubano, todo lo que venden las tiendas es importado; así que no se aprovechan ni el talento ni el potencial de los diseñadores formados en la Isla. Es muy desalentador, porque es difícil que sus creaciones lleguen a ser producidas y vendidas", acotó Karina.
"A veces sabes que no es en tu país donde vas a usar esos conocimientos (del ISDi), que no vas a llegar a donde quisieras, porque no tienes muchas opciones", opina por su parte Laura, pronta a comenzar su quinto año de estudios.
Imagen tomada de: cubahora
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