En la ciudad de Matanzas hay una joya de la geografía cubana que muchos desconocen. Aproximadamente 23 kilómetros de galerías y pasadizos subterráneos que empezaron a formarse bajo el nivel del mar hace 300 mil años y que componen el conjunto de cavernas conocidas como "Las Cuevas de Bellamar"
Cuenta la historia que un dia de febrero de 1861, un esclavo perdió su barreta en plena faena mientras trataba de abrir un hueco en la tierra para remover una piedra. Sorprendido fue corriendo a comunicar al dueño de la finca lo sucedido, o sea, que a la barreta "¡se la había tragado la tierra!" y Don Manuel Santos Parga, incrédulo y curioso, se dirigió de inmediato al lugar señalado y dio orden de excavar un orificio. En ese instante salió del agujero una corriente de aire maloliente y húmedo que reveló al señor Santos Parga que bajo sus propiedades habia una caverna. Tomó la decisión de continuar a excavar y explorarla y al ver con sus propios ojos tanta belleza, en poco tiempo construyó escaleras y un pasamanos para que muchas más personas pudieran visitarla.
Las Cuevas de Bellamar, que inicialmente se llamaron “Las Cuevas de Parga” en honor a su descubridor, actualmente ofrecen al visitante un recorrido de 700 metros acompañados por un guia. Se entra por una cavidad de forma cuadricular que comunica con el Salón Gótico, un espacio que mide unos 80 metros de largo por 25 de ancho, a partir del cual empieza un viaje subterráneo en el tiempo que atestiguan las hermosas y sugestivas formaciones cristalinas, en especial las derivadas del carbonato de calcio, que se pueden apreciar durante todo el trayecto.
Este centro turístico, considerado el más antiguo de Cuba, ha sido declarado Monumento Nacional por su extraordinario valor. El hallazgo en las excavaciones de restos de animales prehistóricos, presuponen además que estas galerías proporcionaron refugio a la fauna cuaternaria de la región.
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