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Pese a que tanto las autoridades cubanas como la Organización Mundial de la Salud alabaron el protocolo puesto en marcha por el gobierno de la Isla para controlar la propagación del virus zika en el país, médicos cubanos informan de la proliferación de nuevos casos de contagio de zika y dengue en Holguín y Santiago de Cuba.
Según informaron doctores cubanos a Martí Noticias el pasado lunes, la presencia del mosquito Aedes Aegypti, junto con la desinformación entre la población y las malas condiciones higiénico-sanitarias, han propiciado el incremento de estas enfermedades en las citadas provincias.
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En este sentido, el médico de Santiago de Cuba, Arnoldo Ruíz señaló: “En el municipio Palma (Soriano) estamos hablando de una población de más de 150.000 habitantes, diariamente se están ingresando de 30 a 40 casos con sospecha de zika”.
Arnoldo Ruíz explicó, además, que muchos de los pacientes que ingresan con síntomas del virus son luego diagnosticados de zika y manifestó su preocupación ante la falta de información que sufren tanto los pacientes como los profesionales sanitarios.
Por su parte, el doctor holguinero Eduardo Cardet declaró: “En Holguín hay casos de zika autóctono. Son personas que han contraído la enfermedad por la picadura del Aedes Aegyti aquí, lo cual es comprensible, porque las condiciones higiénico-sanitarias son complicadas, son pésimas”.
Los expertos reportaron, además, chikungunya, H1N1 y aislados casos de Leptospirosis en al menos tres municipios de Honguín.
Sin embargo, la opinión de los profesionales sanitarios poco tiene que ver con la versión oficial. Desde que comenzara la crisis del zika a principios de este año, el gobierno cubano ha informado de treinta casos de personas contagiadas por la enfermedad fuera del país y sólo tres personas que se contagiaron en Cuba.
Las autoridades cubanas señalaron en septiembre en una reunión con expertos de América Latina, los esfuerzos de contención de la enfermedad llevados a cabo. Estas declaraciones quedan ahora en entredicho por expertos que señalan tanto la proliferación de focos del virus como la falta de control en la preparación de productos de fumigación.
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