El libro “Target: JFK, The Spy Who Killed Kennedy?”, a la venta desde el pasado lunes en los Estados Unidos, constituye la última pieza de investigación relacionada con un hecho que conmocionó a la opinión pública norteamericana y al mundo entero: el asesinato del entonces presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy.
Según una reseña aparecida en el diario de The New York Post, el libro, como muchos de sus predecesores apunta directamente a desmontar "la teoría" sobre Lee Harvey Oswald como "el tirador solitario".
“Target: JFK, The Spy Who Killed Kennedy?”, corrobora que no fue uno, sino varios los tiradores que dieron muerte a Kennedy el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, aunque señala que el disparo fatal provino del rifle de René Alexander Dussaq, un nombre que hasta entonces era desconocido para muchos.
La investigación llevada a cabo por Douglas DeWitt Bazata, un condecorado oficial de la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos, una agencia precursora de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, señala que Dussaq fue la persona que organizó y asesinó a Kennedy.
¿Quién era René Alexander Dussaq? Pues nada menos que el hijo de un diplomático cubano y probablemente doble agente, tributando también a los servicios de inteligencia de La Habana. Esta nueva versión, entonces, involucra a la Seguridad Cubana detrás del asesinato de Kennedy.
DeWiit Bazata señala que Dussaq "era un excelente tirador", tan hábil, que pudo haber hecho no solo "el disparo", sino otros más, y asegura que "el plan" incluso "se habría concebido con la aprobación tácita de La Habana".
Dussaq había sido rechazado para entrar a la infantería de marina de los Estados Unidos al considerársele "un potencial peligro para la seguridad", pero otras habilidades le habrían granjeado el acceso a la 101 División Aerotransportada, donde alcanzó el grado de teniente.
Finalizada la 2da Guerra Mundial, Dussaq, quien desde la década del 30 era amigo personal de Bazata, fue infiltrado por el FBI.
Bazata, para ese entonces, trabajaba como agente CIA, y llevaba una especie de bitácora personal, en cuyas páginas aparecían referencias de Dussaq hacia Fidel Castro como "The Boss".
Según este diario, la operación de asesinato de Kennedy tenía un nombre: Hydra-K y consistía en un plan perfectamente articulado en el cual había varios tiradores involucrados, "entre ellos, él mismo, Oswald, un asesino identificado con el nombre en código de 'Piatogorsky' y dos profesionales de la CIA cuyas identidades (aún) se desconocen.
Además contemplaba falsas pistas, tiradores de reemplazo, y dobles de Oswald, destinados a confundir al público y a la policía.
El autor del libro, Robert K. Wilcox, asegura que mientras él llevaba a cabo una serie de entrevistas para su libro sobre el General George Patton, Bazata le entregó su diario. El hecho ocurrió poco antes de su muerte. Dussaq, por su parte, había muerto ya tres meses atrás.
The New York Post cita a Wilcox, quien asegura que el asesinato de Kennedy fue obra de "o una CIA insubordinada, o fue Cuba, o fue Rusia o fue la Mafia; o una combinación de todos," pero está firmemente convencido que los responsables directos fueron los segundos.
con información de The New York Post
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