Demanda de vuelos entre Estados Unidos y Cuba no alcanza las expectativas

Meses después de que se anunciasen los primeros vuelos directos entre Cuba y Estados Unidos por primera vez en 50 años, las compañías aéreas que se embarcaron en esta aventura se han visto obligadas a reducir los precios de los vuelos debido a que se registra una demanda de viajeros menor de la esperada.

En este sentido, el portavoz de American Airlines, Matt Miller, confirmó que a mediados de febrero se reducirá la frecuencia de vuelos entre Cuba y Estados Unidos a 10 diarios, actualmente son 13, e incluso se utilizarán aviones más pequeños en dos vuelos.

Las consecuencias de la baja demanda de vuelos se han sentido también en compañías como Jet Blue o Spirit Airlines, empresas que junto con Delta Airlines introdujeron recientemente vuelos diarios entre Estados Unidos y Cuba a varios aeropuertos de la Isla. Estas compañías. debido a la escasa demanda, se han visto obligadas a lanzar promociones con precios inferiores a los 100 euros.

Para explicar por qué la demanda no se ha comportado de la manera que esperaban los empresarios, expertos apuntan al resultado de las elecciones americanas.

Siguiendo esta premisa, cuando se lanzaron los vuelos diarios durante el gobierno de la administración Obama se esperaba que el gobierno americano levantase las restricciones para que los estadounidenses viajaran a Cuba y mucho se habló sobre la posibilidad de que empresas norteamericanas se instalasen en la Isla o la posibilidad del fin del embargo.

Sin embargo, la victoria en las elecciones norteamericanas el pasado 8 de noviembre de Donald Trump, quien en repetidas ocasiones ha anunciado un cambio de política en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, podría ser una de las explicaciones a la baja demanda.

Miller, pese a esto, esgrimió que la razón de American Airlines para recortar el número de vuelos no guarda relación con el resultado de las elecciones.

Por otro lado, algunos expertos creen que la débil infraestructura turística cubana no es capaz de soportar la llegada masiva de turistas estadounidenses a la Isla.