Ocho días antes de terminar su mandato como presidente de los Estados Unidos, Barack Obama decidió eliminar, sin previo aviso, la política Pies Secos-Pies Mojados, una decisión que cae como una jarro de agua fría a los cubanos que días antes habían emprendido ya su camino hacia Estados Unidos.
Este es el caso del cubano José Enrique Manresa quien después de viajar durante 48 días por Sudamérica, Centroamérica y México espera llegar junto a su hija Airanne a Estados Unidos.
Tal y como declaró Manresa a BBC Mundo, “De nada nos valió toda la travesía que hicimos, arriesgándonos en la vida, en la salud".
Manresa relató además la desesperación del grupo de 20 cubanos que viajaba junto a él: "Hay una tristeza enorme. Nadie comió hoy. Todo el mundo está llamando a su familia, desesperados. Llamamos a los familiares que tenemos en Cuba y están dando gritos", señaló.
Y es que la angustia tiene razones bien fundadas, con la eliminación de esta política los cubanos pierden una serie de privilegios migratorios que esta orden presidencial, aprobada en la década de 1990, otorgaba a los cubanos.
A partir de la derogación de esta política, los cubanos ya no tendrán el derecho de ingresar en suelo estadounidense sin visado, un hecho que complica mucho la situación de los cubanos que llegan por primera vez a Estados Unidos.
En este sentido, José Enrique opinó: "Obama, porque ya se va, toma de repente la idea de derogar una ley que lleva muchos años y que ha favorecido a muchos cubanos. Pienso que se enojó con los cubanos, que es una represalia”, dijo refiriéndose a que el voto de los cubanos favoreció mayoritariamente a Trump.
Así Manresa relató su incertidumbre ante un futuro incierto. Para salir de Cuba, el cubano tuvo que vender gran parte de sus pertenencias para sufragar los gastos de la travesía: "Tuve que vender todo, mi casa, mis electrodomésticos, y me quedé con deudas", relató.
José Enrique Manresa reunió 10.000 dólares para salir de Cuba hacia la Guyana Británica y desde allí empezar una larga travesía por Centroamérica y pagar a los “coyotes”, personas que movilizan a los inmigrantes en las fronteras, para poder avanzar hacia México.
Manresa llegó este jueves a Tapachula, donde le dijeron que había cientos de cubanos esperando un permiso migratorio para atravesar México y cruzar desde hacia Estados Unidos, pero el anuncio de Obama desplomó sus ilusiones.
Ahora, pensando en una posible deportación señaló preocupado: "Una deportación sería ir a un centro de reclusión (en Cuba) sin haber hecho daño a nadie. No sabemos nada, no sabemos qué vamos a hacer", concluyó.,
En los últimos meses, la situación para los migrantes cubanos también se ha complicado después de que la crisis migratoria desatada en 2015 provocara que algunos países centroamericanos, cerraran sus fronteras para evitar ser lugar de paso de miles de cubanos.
No obstante, la decisión de Obama sí ha sido bien recibida por el gobierno de La Habana quien lleva años señalando que la política de inmigración de los Estados Unidos es la responsable de la fuga de cerebros que sufre el país y promueve, además, la inmigración ilegal y que los cubanos se lancen al mar arriesgando sus vidas en endebles embarcaciones.
Por otro lado, Estadistas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos señalan que el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos agudizó la inmigración de cubanos.
Mientras que en 2014 llegaron alrededor de 25.000 cubanos a Estados Unidos, en 2016 lo hicieron más de 45.000 y, de ellos, 41.000 entraron al país a través de la frontera de México.
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