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La comunidad china en La Habana inició el programa festivo en la Casa de Artes y Tradiciones Chinas donde se inauguró la exposición de 15 pinturas de gran formato que recrea el horóscopo de 12 años (cada uno representado por un animal) y otras figuras emblemáticas de su cultura como el ave fénix, la carpa y el oso panda.
El renacer del Ave Fénix se titula esta exposición del artista de la plástica José Ignacio Sánchez, dentro de la línea neofigurativa y abstracta, y la expo se suma a las conferencias, presentaciones de libros y otras actividades como la emblemática danza del Dragón que ocurrirán en la Casa de Artes y Tradiciones Chinas.
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La danza del dragón será ejecutada por alumnos de la Escuela Cubana de Wushu, un deporte de exhibición y de contacto, derivado de las artes marciales y que contiene ejercicios y maniobras de carácter gimnástico.
A la inauguración de la muestra asistieron el embajador del país asiático en La Habana, Chen Xi, prestigiosos investigadores y artistas cubanos, así como miembros de la comunidad china de este país. Xi expresó su agradecimiento por la oportunidad de celebrar con la Comunidad la Fiesta de la Primavera, y ratificó la voluntad de fortalecer los lazos de amistad y cooperación existentes entre Cuba y China.
Las festividades están previstas hasta el próximo 12 de febrero, pero según el calendario chino tradicional desde el 28 de enero comenzará a regir el Año del gallo, elemento fuego, ciclo que augura confianza e insta al silencio interior y la concentración.
La jornada de celebraciones es auspiciada, entre otras entidades, por el Instituto Confucio de la Universidad de La Habana y la Federación Casino Chung Wah, una de 13 sociedades que aún perduran en el Barrio Chino de La Habana, símbolo mayor de la presencia asiática en la Isla, y uno de los más antiguos de América Latina.
Los primeros chinos llegaron a la mayor de las Antillas en 1847, y arribaron en calidad de "contratados", pero en régimen prácticamente de esclavitud, para trabajar en las plantaciones de azúcar con el sueño de hacer fortuna y regresar a su tierra. Muy pocos, si acaso alguno, lograron cumplir el sueño, pero igual se quedaron en Cuba y aquí trasplantaron sus tradiciones y sabiduría.
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