La derogación de la política de “pies secos, pies mojados”, por parte del gobierno del saliente presidente Barack Obama, dejó literalmente en el camino a decenas de cubanos que habían emprendido rumbo a los Estados Unidos.
Uno de los poblados que como consecuencia de esta medida se ha visto desbordado por la concentración de migrantes cubanos ha sido Nuevo Laredo donde los cubanos, pese a la incierta y terrible situación que padecen, han recibido las muestras de apoyo, asistencia y solidaridad de instituciones, autoridades y ciudadanos del propio Nuevo Laredo.
Sin embargo, otros ciudadanos -procedentes en su mayor parte de Centroamérica- no parecen correr similar suerte y por ello, reclaman la misma atención y el mismo trato.
“Somos lo mismo, somos emigrantes”, “¿por qué a uno no y a ellos sí?”, dice uno de los afectados.
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