Como suele ocurrir con sus puestas en escena, la compañía Teatro El Público está teniendo enorme éxito de público y prensa, en su sede habitual del Teatro Trianón de la calle Línea, todos los viernes y sábados a las 8:30 de la noche y los domingos a las 5:00 de la tarde.
Se trata de la obra Harry Potter: se acabó la magia, comedia que satiriza la historia, identidad y el presente de Cuba, a partir del compromiso con la realidad contemporánea y con los conflictos que enfrentan los jóvenes. La dramaturgia pertenece a Agnieska Hernández, con asesoría de Martha Luisa Hernández Cadenas y Fabián Suárez, el realizador del reciente largometraje Caballos.
El elenco incluye a actores y actrices como el muy elogiado César Domínguez, junto con Luis Manuel Álvarez, Edgar Valle, Pedro Enrique Fernández y Andrea Doimeadiós, quien desempeña un papel estelar en la reciente película El techo, de Patricia Ramos.
Con un notable desempeño histriónico, la obra formó parte del trabajo final del curso de un grupo de alumnos de la Escuela nacional de Teatro, en un proceso de algo más de un año hasta llegar a su montaje final, que se estrenó en diciembre pasado. Desde entonces, hasta ahora, el éxito ha sido total.
Ejemplo acabado de escritura testimonial y autorreferencial, respecto a las experiencias personales de los actores, resulta esta obra dinámica, bien pensada y capaz de provocar carcajadas con su delirante trama que retoma el mito del niño mago para hablar sobre el fin de la magia, de la utopía, a golpe de carestías y escaseces, miseria material y promesas incumplidas, moral acomodaticia y estampida migratoria, turismo y doble moneda.
La pieza se inicia con una discusión semiótica de la frase “A cagar albañiles, que se acabó la mezcla”. Y concluye en una gran charanga estilo Bejucal, como solía ocurrir en las primeras obras de Carlos Díaz. Un momento especial resulta del monólogo de La Bayamesa que arranca grandes aplausos todas las noches.
Porque Harry Potter: se acabó la magia tiene la virtud de las grandes comedias: permite reflexionar y tratar grandes temas al tiempo que se compromete con los temas más difíciles de los últimos cincuenta años de historia de Cuba, profundizando en los errores y manquedades del hoy mismo.
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