Desde que salieron de Cuba la vida de está familia se ha convertido en una auténtica pesadilla. Aunque sabían los riesgos a los que se enfrentaban, la pareja decidió intentar llegar con su hija de un mes a Estados Unidos.
Ambos jóvenes tenían la esperanza de conseguir una entrevista con un juez de Inmigración para poder explicarle su situación y solicitar asilo político. Sin embargo, el oficial de Inmigración les advirtió que sí cruzaban la frontera mexicana podrían ir presos a cárceles separadas y la bebé sería llevada a un Centro de Cuidados.
El temor a ser separados de su bebé hizo que la pareja decidiera no cruzar y volver a territorio mexicano. En estos momentos se encuentran en Nuevo Laredo vivivendo en pésimas condiciones junto a su pequeña.
La bebé recién nacida duerme en el suelo sin ningún tipo de medios ni posibilidades, condiciones poco recomendables para una recién nacida.
Sus padres mantienen la esperanza de que algo puede cambiar su situación y evite que sean deportados a Cuba.
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