Seúl, 13 feb (EFE).- El gobierno de Pyongyang ha valorado como un éxito el lanzamiento ayer de un misil balístio que cayó sobre el mar de Japón. El lanzamiento de este misil es la primera provocación militar del régimen desde que Donald Trump llegara al poder.
El lanzamiento ha sido confirmado por la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte (KCNA) quien aseguró también que el dirigente norcoreano Kim Jong-un estuvo presente en el lanzamiento.
El lanzamiento coincidió con el encuentro que mantuvieron Donald Trump y el primer ministro japonés, Shinzo Abe. Ambos instaron a Pyongyang a detener sus provocaciones asegurando que Tokio y Washington están juntos "al cien por cien".
Además, la UE consideró "provocador e inaceptable" el lanzamiento y aseguró que estudiará la respuesta junto a la comunidad internacional, mientras que el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, exigió a Pyongyang que se abstenga de futuras "provocaciones" que "socavan la seguridad regional e internacional".
Por otro lado, las autoridades surcoreanas y el Pentágono descartaron que el proyectil, que recorrió unos 500 kilómetros y fue lanzado desde una base de aérea al noroeste del país, fuera un misil balístico intercontinental (ICBM).
A falta de confirmación, Seúl y Washington creen que podría tratarse de un misil Rodong o una versión modificada de este, por lo que se trataría de una provocación de media intensidad para medir la respuesta de la Administración Trump.
Los misiles Rodong tiene un rango de hasta 1.500 kilómetros y podrían llegar a Japón o Corea del Sur, mientras que los Musudan de alcance intermedio o los ICBM, con capacidad para llegar a más de 5.000 kilómetros, podría alcanzar territorio estadounidenses en el Pacífico.
Pyongyang llevaba desde el pasado octubre sin protagonizar ninguna de sus habituales provocaciones militares, lo que los expertos han achacado a la cautela del régimen ante la llegada el pasado 20 de enero de Trump a la Casa Blanca, un presidente que de momento no ha desvelado claramente su política hacía Corea del Norte.
Tampoco se descarta que desde Pyongyang se haya optado por la calma para no interferir en la profunda crisis política en Corea del Sur, donde la presidenta conservadora, Park Geun-hye, ha sido destituida por un escándalo de corrupción.
Según informó el Gobierno nipón, el misil cayó fuera de la zona económica exclusiva de Japón a unos 350 kilómetros de la costa de Corea del Norte y no ha causado daños, aunque Tokio ha decidido protestar formalmente ante las autoridades norcoreanas por el lanzamiento.
La reciente etapa de tranquilidad en la península de Corea solo se ha visto alterada por el mensaje de Año Nuevo del líder norcoreano, Kim Jong-un, que afirmó que los misiles experimentales de alcance intercontinental norcoreanos estaban en la "fase final" de su desarrollo.
Los medios estatales han insistido desde entonces en esta amenaza en varias ocasiones aunque los expertos son escépticos con la idea de que Pyongyang tenga de momento capacidad real de lanzar estos misiles de largo alcance que supondrían un gran avance en la capacidad bélica del régimen.
Desde Corea del Norte no se ha confirmado todavía el último lanzamiento, algo que el régimen suele hacer solo cuando ha sido un éxito y al día siguiente.
A pesar de las duras sanciones impuestas por la ONU por su programa nuclear y de tecnología de misiles, el ejército norcoreano lanzó solo en 2016 un total de 20 misiles balísticos, tanto de medio o como corto alcance.
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