Es un hecho que en Cuba todos los opositores que militan en una organización, movimiento o iniciativa por la defensa de los derechos civiles y democráticos de los cubanos, aspiran a un mismo propósito: la libertad.
“Todos los caminos llevan a Roma”… pero cada camino tiene su qué, su sino, su pro y su contra. Y es ahí, en ese punto, donde las diversas gestiones libertarias en la Isla han manifestado divergencias en los modos para alcanzar un mismo fin.
A propósito de la escandalosa actitud que mantuvo el Gobierno cubano recientemente, en relación con la entrega de premios y el acto de homenaje en memoria de Oswaldo Payá, Antonio Rodiles ―activista y opositor que preside el Foro por las Libertades Democráticas― ha expresado que no cree que este sea el momento para convocar un plebiscito en Cuba.
Hay que recordar que la iniciativa conocida como “Plebiscito Cuba Decide” ―presidido por Rosa María Payá― propone que se responda votando con un simple “Sí” o “No” a una pregunta básica, pero trascendental: “¿Está usted de acuerdo con que se convoque a elecciones libres, justas y plurales, ejerciendo la libertad de expresión y de prensa; y organizándose libremente en partidos políticos y organizaciones sociales con total pluralidad? ¿Sí o No?”
En este vídeo ―difundido por Estado de Sats― Rodiles argumenta por qué no cree que en Cuba estén creadas las condiciones para que un plebiscito sea un camino factible para “arrancarle” la libertad al Gobierno cubano.
Antonio Rodiles cree que los ciudadanos cubanos todavía viven en un contexto de miedo, y que no estarían dispuestos a decir la verdad en una urna, además de toda la dinámica e infraestucturas que se necesitarían para poner en marcha ese proceso. Considera, además, que la libertad se arrebata en las calles y que propuestas como la campaña "Todos Marchamos" son mucho más inmediatas y necesarias.
El opositor ha llevado el debate también a su perfil de Facebook, donde ha recibido apoyo, pero también comentarios críticos de quienes creen que un Plebiscito sí constituiría una herramienta para el cambio, además de que aportaría legitimidad y visibilidad internacional al proceso de transición democrática en Cuba.
Entre las opiniones de quienes sí están de acuerdo está el criterio de que "Un plebiscito avala y da poder legal internacional a un cambio" o la de Orlando Luis Pardo Lazo, que argumenta que "nadie está por encima de la voluntad del pueblo", y que sentencia: "Sin plebiscito no comienza la transición".
Votar es una forma largamente deseada para empoderar al pueblo cubano, la posibilidad de una "primavera árabe a la cubana" no parece que vaya a fructificar de manera espontánea e inmediata.
Antonio G. Rodiles considera que los cubanos no tendrían valor para expresar su opinión en las urnas, motivo por el cual considera que es mejor "arrebatar" el poder, e insta a salir a las calles, pero una de las preguntas que surge es, ¿qué alcance y poder real de convocatoria han tenido hasta ahora iniciativas como "Todos Marchamos" entre el pueblo cubano?
¿Cuántos son los que realmente salen y han salido a marchar a las calles?" ¿No debe darle miedo a la gente marchar pero sí le daría miedo votar?
Para gustos, colores...pero aunque todos los caminos lleven a Roma, tal vez sería mejor empezar por caminar juntos.
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