Dentro del famoso plan urbanístico de Le Corbouisier que pretendía colocar a La Habana entre las más modernas capitales del mundo, destacaba una arteria urbanística que ya hoy es legendaria: la Avenida G o Avenida de los Presidentes.
El proyecto buscaba combinar en un paseo el estilo de vida moderno europeo, la arquitectura de vanguardia y el ambiente natural. Además, pretendía convertirse en un muestrario escultórico de los mandatarios de la República.
Si bien, por ejemplo, la avenida aún conserva de manera íntegra el monumento al Presidente José Miguel Gómez, llama la atención que de la estatua erigida en honor al primer Presidente de República, Don Tomás Estrada Palma, solo queden sus zapatos.
¿Por qué? La estatua fue vandalizada en 1959. He aquí una imagen del monumento original.
Y así luce hoy.
Actualmente, en la Avenida G se erigen varias estatuas de presidentes latinoamericanos, algo que no estaba concebido en el proyecto original.
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