Estados Unidos dejó atrás en el Dodger Stadium de Los Ángeles, ante 51.565 espectadores, años de derrotas y frustraciones para llevarse el título del Clásico Mundial tras completar una exhibición ante Puerto Rico.
En la cuarta edición de esta cita, el combinado estadounidense se alzó con un cetro histórico que, además, logró con todos los honores al blanquear 8-0 a los boricuas.
Para Puerto Rico, que había vencido 5-6 a los norteamericanos en la segunda ronda, es una nueva página de decepción después de perder su segunda final consecutiva. En 2013 su verdugo fue República Dominicana, que se impuso 0-3.
Estados Unidos se hace un hueco en el palmarés de la competición después de ir de menos a más y dejando un balance de seis victorias y dos derrotas.
Además se impuso con dominio aplastante en todos los apartados del juego puesto que finalizó el partido con 13 imparables por tan sólo tres de Puerto Rico, que cometió también un error.
Entre los peloteros más destacados estuvo el abridor Marcus Stroman, de los Azulejos de Toronto, que lanzó seis entradas de forma imparable. Así transcurrió hasta el comienzo de la séptima que posibilitó el doblete de Ángel Pagán, que dio una bases por bolas y sacó tres ponches.
La noche de perfección la redondeó Arenado, de origen puertorriqueño, que volvió a anotar con otro sencillo en la parte alta de la octava entrada para sellar el definitivo parcial de 8-0, previo error en el lanzamiento del segunda base Javier Báez.
De esta forma se consumaba un triunfo que deja atrás años de decepciones y fracasos para el béisbol estadounidense.
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