Si hay un sitio en La Habana que hace gala y recoge un pedacito de la cultura cubana, ese es el Callejón de Hamel.
Este pequeño espacio ubicado en pleno corazón de la barriada de Cayo Hueso, exactamente entre las calles Hospital y Aramburu, se ha convertido en el verdadero epicentro de la cultura afroamericana desde que abriera sus puertas a finales de 1989 y principio de los 90.
Su nombre proviene de uno de los primeros habitantes del callejón, Fernando Belleau Hamel, un ciudadano estadounidense de origen franco-alemán muy conocido en la zona a principios del siglo XX debido su gran desenvolvimiento económico.
El Callejón de Hamel comenzó como un proyecto comunitario, sin embargo, los intereses entre cubanos por las raíces africanas se fueron fundiendo cada vez más hasta dar lugar a una especie de galería de arte en pleno aire libre.
Si se habla de este proyecto no se puede dejar de mencionar a su creador, el artista plástico, escultor y muralista cubano, Salvador González Escalona. Las paredes de las casas y los rincones de este callejón, fueron convertidos poco a poco por Escalona en un pequeño culto a las raíces afrocubanas, acción que fue fomentando la mirada hacia una cultura completamente callejera y poco expresada en aquellos años en la Isla.
El arte muralista en el callejón fue tomando cada vez más fuerza. Los deseos por expresar el pasado y el tener contacto de una manera u otra con los ancestros africanos, se fueron convirtiendo en un ritual cultural al cual se unen cada día tanto artistas como espectadores y curiosos provenientes de todo el mundo.
Muchos son los artistas cubanos que también se han paseado por este lugar para regocijarse de su magia, desde la Prima Ballerina del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, hasta el director e integrante de la agrupación Gente de Zona, Alexander Delgado, entre otros.
Dicen que los domingos son el día perfecto para disfrutar del arte del Callejón de Hamel. Las danzas afro, la rumba, las conferencias o los talleres para niños, son ejemplo del ambiente afrocubano que se respira allí cada semana.
No obstante, un día cualquiera puede ser perfecto para disfrutar de su encanto. En sus paredes se pueden apreciar pinturas, dibujos o simplemente leer frases como la del antropólogo, jurista, arqueólogo y periodista cubano, Fernando Ortiz:
“Todo pueblo que se niega a sí mismo está en trance de suicidio”.
Nota: Video y fotos tomados de la página de Facebok Callejon de Hamel, perteneciente a Danny González La Rosa, hijo del artista plástico Salvador González Escalona, creador del Proyecto.
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