A estas alturas, Guillermo Carmona ya debía estar al frente de los Industriales, según los cálculos que él mismo había hecho hasta hace poco tiempo. Pero todo cambió…
El hombre que quedó a las puertas del título nacional cuando los Azules cedieron en un inolvidable dual meet jugado en 1999 ante Santiago, esperaba tener la oportunidad de la revancha. Todo el mundo daba su designación como un hecho irreversible.
Y así fue hasta que Víctor Mesa entró en escena. El propio Carmona se lo explicó de esa manera a la revista digital PlayOff:
“Todo inició con el caso de Víctor Víctor, su hijo, quien quería jugar por La Habana. Después conozco por un programa de televisión [Jugada Perfecta] que su padre también estaba interesado en dirigir a Industriales. Eso ha frenado la decisión, porque él comenzó a hacer sus movimientos y enredó todo; es una persona que mueve bastante las masas y tiene buenas relaciones. Antes de eso estaba prácticamente definido que yo fuera el mánager, pero al él ofrecerse se comenzó un nuevo proceso”.
Como se sabe, el otrora jardinero Javier Méndez no pudo continuar en el puesto de mando del equipo capitalino a causa de la delicada enfermedad de su hija. Entonces, la dirección del béisbol en La Habana se había acercado a Carmona en busca de un candidato para el reemplazo…
“Yo trabajaba como comisario técnico en la pasada Serie Nacional –relata el técnico- cuando en una subserie entre Industriales y Matanzas, en el Victoria de Girón, conversé un rato sobre el grupo con Arley Zamora, comisionado en La Habana, pero nada más. Algo muy informal, cosas generales. Pero este año, al incrementarse los problemas de salud de la hija de Javier, Arley me llamó y preguntó que si yo aceptaba el cargo en caso de que Méndez se viera imposibilitado y le dije que sí, que me dijera qué teníamos que hacer”.
Así, se puso a trabajar desde el inicio de la Serie Provincial: chequeó partidos, scouteó a los jugadores, y más tarde lo hizo también en el campeonato categoría Sub-23. Había que conocer a cada pelotero para hacer la mejor selección posible. Y todo ese trabajo podría haber sido en vano, según pintan las cosas ahora mismo.
El tradicional misterio para el anuncio del mánager del equipo Cuba, se ha trasladado a una novena territorial. Mientras esto sucede, los que pagan los platos rotos son los jugadores, cuyos entrenamientos se han visto afectados una y otra vez. ¿Hasta cuándo se va a extender el culebrón?
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